La plataforma iCub, primera en su tipo en Latinoamérica, busca potenciar la inteligencia artificial y la robótica cognitiva
Con una apariencia que se asemeja a la de un niño de entre tres y cuatro años, ya se encuentra en Chile el robot humanoide iCub, desarrollado por el Instituto Italiano di Tecnología (IIT) y que fue adjudicado por investigadores de la Universidad Técnica Federico Santa María, quienes se encargarán de potenciar su área cognitiva a través de algoritmos, que facilitarán su exploración autónoma, además de la interacción social y con su entorno, para que aprenda tal y como hacen los seres humanos.
Esta plataforma, única en su tipo en Latinoamérica, ubica a Chile en el mapa mundial del desarrollo tecnológico avanzado y a la vanguardia en inteligencia artificial (IA) y robótica cognitiva. Además, desde hace un par de semanas, se encuentra operativo en Valparaíso, en el Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E) de la USM.
La Dra. María José Escobar, Directora General de Vinculación con el Medio de la casa de estudios, es la investigadora responsable de este innovador proyecto denominado “iCub: robot humanoide para investigación en inteligencia artificial”, el que fue adjudicado en 2019 en el marco de un Fondo de Equipamiento Científico y Tecnológico, Fondequip, de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, junto al Dr. Matías Zañartu, Director del AC3E, y el Dr. Mauricio Araya, profesor del Departamento de Electrónica.
Con relación a la iniciativa, que demoró en concretarse debido a la pandemia de Covid-19, la académica precisó que la idea es que “nos permita desarrollar mejores algoritmos de inteligencia artificial y, sobre todo, mejorar la interacción con agentes artificiales”. Coincidiendo con este objetivo, el Director del AC3E detalló que “la adquisición de la plataforma iCub permite crear nuevas líneas de investigación, aumentar el impacto de los proyectos actuales e incrementar colaboraciones nacionales e internacionales, a lo que se suma el aumento del número de tesis de pre y postgrado”. Por otro lado, la Dra. María José Escobar, explicó que como iCub es una plataforma de códigos abiertos “muchas de las investigaciones que ya se han realizado están en un repositorio común, por lo que se pueden tomar distintos algoritmos y también compartir códigos”. Lo anterior, porque existen cerca de 40 robots humanoides en diversos laboratorios del mundo, los que están conectados en red con el fin de ir compartiendo los avances, o bien, reutilizando conocimientos ya logrados.
“La idea es que esta investigación nos permita desarrollar mejores algoritmos de inteligencia artificial y, sobre todo, mejorar la interacción con agentes artificiales”.
Dra. María José Escobar
Sensores
iCub cuenta con una serie de sensores ubicados en partes estratégicas de su cuerpo, que le permiten desarrollar un trabajo multidisciplinario. Así, por ejemplo, posee visión estereoscópica; audición biaural (se realiza simultáneamente con los dos oídos) que lo ayuda a cambiar la percepción con el entorno y, además, tiene su estructura recubierta con una capa de sensores de tacto. Al respecto, el Dr. Mauricio Araya sostuvo que “la mayor importancia de esta tecnología es ser completa. No solo cuenta con una avanzada estructura y una multiplicidad de actuadores y sensores, sino que está diseñada para la interacción social mediante mecanismos de expresión ausentes en la mayoría de las plataformas robóticas”.
Con toda esta tecnología, los investigadores pueden llevar a cabo diversos estudios. En el caso de la Dra. María José Escobar su investigación se enfoca en el sistema de la visión, la idea es saber cómo “ayuda a desenvolverse de mejor manera en un ambiente cambiante. Pero también estamos viendo otro tipo de situaciones que tienen que ver con el sistema bioinspirado, es decir, cómo a partir del entendimiento de la biología puedo desarrollar algoritmos de inteligencia artificial que hagan que una plataforma de este estilo, que tiene muchos sensores y muchos actuadores en el entorno, realice mejor las tareas”. En tanto, la investigación del Dr. Zañartu se centra en la voz y la del Dr. Araya en el aprendizaje reforzado, entendido como interacción con recompensa.
Desafíos
Dentro de los desafíos del iCub se encuentran a futuro transferir los conocimientos que se obtengan en beneficio de las personas como el desarrollo de prótesis inteligentes o el utilizar los robots para el cuidado de lugares que sean peligrosos y, por supuesto, “lograr una mejor convivencia entre la tecnología y la comunidad, porque cada día esto será más recurrente, por lo que esperamos que el entendimiento que tenemos con este tipo de agentes artificiales físicos, como el caso de este robot, nos haga generar una mejor relación con la tecnología del entorno”, puntualizó la académica de la USM.
