Columna de opinión de Santiago Geywitz, profesor del Departamento de Diseño y Manufactura.
Se celebró en estos días el Día Mundial del Emprendimiento, fecha que busca visibilizar a las personas que dan vida a nuevos proyectos e impulsan nuevos desarrollos. Pero ¿qué se necesita para emprender? Seguramente, lo primero que pensamos es tener una idea brillante, o al menos interesante que, desde cualquier punto de vista, conduzca más certeramente al éxito.
Sin embargo, si indagamos un poco más veremos que en realidad una característica común de los emprendedores es que una buena parte de ellos ha fracasado varias veces. Allí aparece una cuestión muy importante, como es la perseverancia, que se define como la capacidad de algunas personas de enfrentar y recuperarse de situaciones difíciles, una y otra vez. Lo que debemos aprender entonces es a cultivar la perseverancia para levantarse cada vez que se intente emprender, porque si revisamos los porcentajes de éxito de los emprendimientos, veremos que no es tan alto, lo que no debiese desalentarnos sino más bien instarnos a comenzar y estar dispuestos a persistir.
Más que educarnos para emprender, debemos aprender sobre la perseverancia y, desde la academia, reforzar las capacidades de nuestros estudiantes y futuros profesionales, y entregarles herramientas que les permitan enfrentar de mejor forma las distintas etapas de un emprendimiento, reforzar la perseverancia como cualidad fundamental para emprender, para automotivarse y para alcanzar sus propias metas, a pesar de los obstáculos y dificultades.
La perseverancia no se aprende como una cátedra, sino más bien como una actitud de vida. El ícono del emprendimiento y la innovación es una ampolleta, y si revisamos, Thomas Alva Edison, para inventarla realizó muchísimos intentos fallidos, que obviamente no fueron exitosos, al extremo que un discípulo suyo le preguntó el por qué persistía en construir una ampolleta si con más de mil intentos no había conseguido más que fracasos, a lo que Edison, respondió: “no son fracasos, he conseguido saber mil formas de cómo no se debe hacer una ampolleta”.
Volvemos entonces al concepto inicial, una buena idea parece fácil de mirar, pero es un poco mas complejo si revisamos que hay detrás de esta, la cantidad de tiempo invertido y la persistencia. La perseverancia puede ser una cualidad de algunos, y muchos no la tendremos, entonces es importante reconocer esta característica en quienes la posean y aprender de ellos, y con ellos, emprender requiere de muchos factores, y por supuesto tiene muchas formas de fallar, y no solo con la perseverancia lograrás el éxito, debes también rodearte de buenas personas, reconocer capacidades de otros, seguir tus metas, asesorarte de quienes tengan la ventaja de haber emprendido antes, y nuevamente persistir.