Este beneficio, creado por la generación que ingresó en 1984 y que hoy cuenta con colaboradores de diversas generaciones de exalumnos, busca aportar a la formación de nuevos profesionales y mantener el espíritu solidario que inspiró a don Federico Santa María.
Continuando una tradición que ya cuenta con 18 años, exalumnas y exalumnos del Departamento de Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María realizaron la ceremonia de entrega de becas que apoyan a jóvenes destacados por sus méritos personales y académicos. Se trata de una iniciativa de la generación que ingreso en 1984, que en esta oportunidad benefició a cinco estudiantes de Ingeniería Civil Electrónica e Ingeniería Civil Telemática.
Durante el encuentro, el Dr. Agustín González, Director del Departamento, valoró la instancia y llamó a los becarios a convertirse en profesionales que permitan la continuidad del espíritu que la USM ha logrado forjar. “Nos interesa mucho formar personas excelentes no solo en lo técnico, sino que también sean brillantes como individuos, colaboradores con la sociedad como seres humanos, siguiendo el espíritu de don Federico Santa María donde el valor de la solidaridad debe estar siempre presente”, expresó.
Por su parte, los exalumnos que participan en la organización de esta actividad precisaron que su propósito es compartir con las nuevas generaciones el ánimo fraterno que vivieron durante su época estudiantil. “De una u otra manera sacamos nuestras carreras con algún apoyo y nos empapamos de un cariño y un aprecio por nuestros compañeros y por lo que la Universidad nos había dado, que no solo tiene que ver con el mundo cognitivo sino también con el hecho de ser personas íntegras”, comentó Leopoldo Cárdenas.
En ese sentido, coincidieron en que, más allá del aporte monetario, su principal interés es transmitir el sello sansano llevando a la práctica el legado del fundador de la Institución: contribuir con el desvalido meritorio.
Espíritu universitario
La beca de exalumnos del Departamento de Electrónica fue creada en 2004, cuando la generación de 1984 celebraba dos décadas de su ingreso y decidió retribuir el apoyo recibido durante su formación. Desde entonces se han ido sumando miembros de otras generaciones, como la de 1982, que también fueron becarios en su momento, y entre todos se realiza este esfuerzo para entregar un aporte económico a quienes, además de capacidades académicas, presentan las características de un estudiante integral.
En esta ocasión fueron seleccionados Jeremy Adaro, Francisca Donoso y Florencia Norambuena, de Ingeniería Civil Electrónica, así como Álvaro Pozo y María Paz Gómez, de Ingeniería Civil Telemática.
En representación de sus compañeros becarios, María Paz Gómez agradeció el beneficio pues significa “un impulso súper grande para seguir siendo buenos estudiantes y un gran apoyo para obtener herramientas para seguir estudiando”. Además, se comprometió a mantenerlo vigente para “día a día aportar un granito de arena a nuestra sociedad y seguir haciendo crecer este espíritu que nos hace ser sansanos”.
Desde Suecia, donde realiza un semestre de intercambio al que también contribuyó esta beca, Jeremy Adaro se declaró “muy orgulloso de ser heredero de esta tradición sansana. Siempre he estado de acuerdo con ayudar a quienes sigan nuestro camino y aportar al fortalecimiento de nuestra necesaria fraternidad. Espero, en el futuro, estar a la altura de lo que hacen como exalumnos”, comentó.
En tanto, Francisca Donoso recalcó que “estas instancias son las que realmente reflejan el sentido de la Universidad en sus orígenes, entonces es súper gratificante recibir la beca”, mientras Florencia Norambuena enfatizó que se trata de una iniciativa única que trasciende generaciones. “Ojalá se mantenga en el tiempo porque es algo muy lindo, es un aporte significativo para la gente que lo recibe no solo por el tema del dinero, sino por sentir que como persona estás haciendo las cosas bien”, concluyó Álvaro Pozo.