El curso Práctica en Acción Comunitaria, del Departamento de Estudios Humanísticos, ha generado alianzas con diversas organizaciones locales, como juntas de vecinos, comités, Consejo Local de Salud y Centro de Salud Familiar, dando eficaces respuestas a las problemáticas de los habitantes del sector.
Dar cumplimiento a las competencias transversales sello de responsabilidad social y ética, comunicación efectiva y resolución de problemas, en el marco del perfil de egreso de los estudiantes de la Universidad Técnica Federico Santa María, es el principal objetivo de Práctica en Acción Comunitaria, curso dictado por el Departamento de Estudios Humanísticos y que busca incorporar la metodología de Aprendizaje Servicio.
Esta metodología es una innovación pedagógica que permite que los estudiantes tomen un rol protagónico en su proceso de aprendizaje. El curso busca que los estudiantes integren inicialmente un marco conceptual que les permita interpretar e integrar el significado de lo social en su quehacer. Durante este proceso, los sansanos se comunican con los vecinos para entender sus necesidades y co-construir un diagnóstico e intervención, desarrollando proyectos, con impactos que involucren transformaciones sociales que aporten a la calidad de vida de la comunidad.
Tatiana Díaz, profesora del Departamento de Estudios Humanísticos y una de las profesoras que imparte este curso, comentó que el objetivo es “vincularse con una comunidad responsablemente y mantener continuidad de un semestre al siguiente. La idea es que los grupos que siguen retomen el trabajo realizado, porque el fin no es solo cumplir con la asignatura, sino el hacernos responsables de lo que le ocurre a un otro en un contexto real. Creemos que de esa manera se logran aprendizajes que transforman a las personas”
Siguiendo esta línea, Paulina Mercadal, profesora del Departamento de Estudios Humanísticos y quien también imparte este curso, señaló que “lo que inspira este proyecto es la responsabilidad social, desde la definición que la Universidad ha hecho, es decir, ser un profesional que se comunica, se interesa por el otro, lidera pensando en los demás y que cree en el desarrollo de capacidades. Una vez que los estudiantes entienden esto, pueden llevar este valor que han aprendido de manera conceptual a su quehacer, insertándose en la comunidad, comunicándose y reconociendo sus intereses”.
Algunas de las problemáticas abordadas durante el curso van desde el apoyo en el levantamiento de fondos, educación medioambiental en relación con problemáticas de acumulación de basura, apoyo a directivas de juntas de vecinos en la postulación a fondos regionales, alfabetización digital, activación y rediseño de redes sociales, reactivación de juntas vecinales, apoyo a profesores en el manejo de plataformas y digitalización de guías, nivelación en matemáticas y ciencias, entre otros.
“Hay personas involucradas en los problemas que resuelve la ingeniería, entonces desarrollar empatía, preocupación por el bien común, solidaridad, como indica el perfil de egreso y la misión de la Universidad, es lo que este curso de Práctica en Acción Comunitaria se propone contribuir. Finalmente, el comportamiento prosocial, es parte del sello de la USM”, agregó la también investigadora, Paulina Mercadal.
Impacto en la comunidad
El curso se ha impartido en esta nueva modalidad desde el año 2019 y, hasta el momento, han participado 282 estudiantes de diversos años y carreras de 3 campus de la Universidad, quienes han desarrollado 47 proyectos, con 37 comunidades. Además, debido al significativo aporte realizado por esta metodología de aprendizaje, es que este año se adjudicó el Proyecto de Investigación Educativa en Ingeniería y Ciencias “Olivier Espinosa Aldunate”, el cual apoya iniciativas que desarrollan competencias transversales sello durante la formación de los estudiantes.
Mayra Espinosa, gestora territorial del curso, se refirió al impacto de éste, destacando que “las dirigencias vecinales se nutren con las ideas de los jóvenes y se produce un intercambio generacional de tremenda magnitud, puesto que los estudiantes aprenden sobre la participación en organizaciones comunitarias y valoran el trabajo de quienes las dirigen, entendiendo las dificultades que deben sobrellevar y los costos de ejercer un rol de carácter voluntario, que es poco reconocido y que permite el avance y mejoramiento de los barrios y sus habitantes”.
Por su parte, Zoila Olguín, dirigenta de la Junta de Vecinos N°87 y presidenta de la Mesa Territorial Phillippi, se refirió al aporte que esta iniciativa ha conllevado para su localidad. “Por más mínima que sea la intervención, para nosotros es un gran apoyo. Valoramos mucho las intervenciones, más aún cuando es a través del trabajo conjunto. Los estudiantes pueden ver la realidad y dificultades, aprendiendo en terreno a poner en práctica sus capacidades”.
Por su parte, Cristóbal Montero estudiante de segundo año de Ingeniería Civil, realizó junto a su grupo, un proyecto de alfabetización digital para adultos mayores de la comuna de San Javier el año 2021, señalando que, “la Universidad tiene un foco bastante grande en la formación técnica de los estudiantes, por eso es muy importante esta llegada con las personas que nos rodean, los trabajos sociales son una buena forma de conocer a quienes estaremos ayudando en el futuro con los proyectos y trabajos realizados con la comunidad”.
