El académico y jefe de carrera de Ingeniería Civil Telemática de USM, Nicolás Jara, explica algunos de los avances más significativos que trae consigo esta importante innovación de las telecomunicaciones.
Una nueva etapa en las comunicaciones del país se abre con la noticia de Humboldt, la primera ruta de cable submarino entre Latinoamérica y Asia-Pacífico que busca unir Chile, la Polinesia Francesa y Australia, fortaleciendo la conectividad digital entre estos países.
Enlazando casi 15 mil kilómetros de distancia, la iniciativa South Pacific Connect se implementará gracias a los esfuerzos de Desarrollo País de Chile y la Oficina de Correos y Telecomunicaciones de la Polinesia Francesa (OPT) y se trata de una mejora sustancial que permite reducir los tiempos de transmisión y capacidad de transferencias internacionales de información y, sobre todo, mejora los mecanismos de protección de datos.
“Desde hace algunos años Chile está siendo considerado como un lugar estratégico en Sudamérica para las telecomunicaciones, reconociéndolo como una especie de ‘hub digital’. Este nuevo cable permite consolidar a Chile con esta característica, atrayendo inversión en altas tecnologías digitales y de conectividad”, señala el académico del Departamento de Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María, Nicolás Jara, quien además explica que este avance no debe ser visto solo como una oportunidad de crecimiento económico sino que, también, como una oportunidad de mejora para la educación e investigación que tendrá impactos positivos en áreas como los observatorios astronómicos, los centros de datos, entre otros.
Tras anunciarse la concreción de este plan trazado hace varios años —y que se espera esté en funcionamiento para 2026—, el Presidente de la República, Gabriel Boric, lo calificó como “un puente submarino de intercambio de tecnología de sur a sur”.
En ese aspecto, el también jefe de carrera de Ingeniería Civil Telemática sostiene que el cable Humboldt trae un empuje en el desarrollo del “ecosistema digital” de nuestro país, a la vez que incrementa la infraestructura digital. Desde un punto de vista económico, el Dr. Jara no descarta el hecho de que esta nueva conectividad fortalezca los negocios entre Sudamérica y Asia-Pacifico e, incluso, pueda generar nuevos empleos.
¿Cómo podría percibir estos avances el chileno de a pie?, se le consulta al académico.
“Lo más significativo es la reducción de tiempos de espera para conectarnos a servicios de internet, sobre todo aquellas que vengan de la zona de Asia y Oceanía”, comenta el doctor Jara, incluyendo también “el aumento de velocidad de transmisión de datos con servicios internacionales”, un aspecto que “impacta directamente a los proveedores de servicios de internet o a las instituciones que requieren el envío de grandes cantidades de datos”.