Con su reciente actualización, la Casa de Estudios busca potenciar su capacidad de autorregulación y mejorar de forma sistemática en todas las áreas de su quehacer.
Dar sustentabilidad a una cultura de la calidad, autorregulación y mejoramiento continuo; mejorar de forma progresiva y sistemática en todas las áreas de su quehacer; y cumplir con estándares internos y externos de evaluación son algunos de las metas presentes en la actualización del sistema de aseguramiento de la calidad de la Universidad Técnica Federico Santa María, con el que la Casa de Estudios busca garantizar el cumplimiento de sus compromisos institucionales.
Esta actualización contempla las exigencias, criterios y estándares requeridos por la nueva ley de educación superior, implementando un modelo de gestión del aseguramiento de la calidad al interior de la Universidad, que incluye a toda la comunidad, desde las autoridades superiores a profesores y funcionarios.
“Lo que se hace es formalizar lo que ya se está realizando, para ir garantizando con mayor fuerza la calidad, en cómo cumplimos las funciones misionales con estándares de excelencia para formar profesionales, crear y difundir nuevo conocimiento y vincularnos con el medio. La calidad se refleja en el prestigio que tiene la Institución, lo cual confirma que se han estado cumpliendo los compromisos”, explica Claudio Troncoso, director de la unidad de Aseguramiento de la Calidad USM.
De igual manera, señala que este sistema cuenta con cuatro pilares: coherencia, pertinencia y efectividad, equivalencia y autorregulación, que implican que cada una de las actividades desarrolladas por la Casa de Estudios debe alinearse con los propósitos institucionales plasmados en el plan estratégico, ser eficientes en el uso de los recursos y realizarse bajo los mismos estándares en cada uno de los Campus y Sedes.
“La calidad debe asegurarse aun cuando las instituciones se van actualizando, con la incorporación de tecnologías, el ingreso de nuevos integrantes y por requerimientos externos. Lo anterior requiere la implementación efectiva del sistema de aseguramiento de la calidad en cada ámbito de gestión de la estructura organizacional definida (área, unidad, programa, proyecto y actividad relevante), indicando para cada una de sus actividades los propósitos, procesos, control de los resultados de los procesos y mejoramiento continuo”, señala Troncoso.
Política y modelo de gestión del aseguramiento de la calidad
Como parte del sistema, la política de aseguramiento de la calidad de la USM contempla que esta debe implementarse a todo nivel, es decir, en todas las actividades académicas, docentes y administrativas de la Universidad, por lo que fortalece el funcionamiento de mecanismos para ello, como auditorías, encuestas, autoevaluaciones, diagnósticos, planes de mejoramiento continuo, así como herramientas para la retroalimentación interna y externa.
Del mismo modo, la gestión de este sistema se plantea desde una lógica transversal, que inicia con el comité institucional de gestión de aseguramiento de la calidad, compuesto por el Rector de la Casa de Estudios, quien además dirige; el Vicerrector Académico y el Vicerrector de Asuntos Económicos y Administrativos; la Directora General de Investigación, Innovación y Emprendimiento; y la Directora General de Planificación y Desarrollo. Este órgano entrega los lineamientos a la unidad de aseguramiento de la calidad, que a su vez se apoya en un comité operativo. Dicho ente, cuenta con un representante por Campus y Sede, además de profesionales a cargo de la acreditación institucional de pregrado y postgrado.
Al respecto, Troncoso afirma que es relevante internalizar que la calidad es algo que todos debemos tener presente. “El aseguramiento es algo transversal a todo el quehacer de la Institución y todas las actividades tienen que estar alineadas con ello. En ese sentido, cada integrante de la comunidad debe asegurarse que está cumpliendo sus compromisos, realizando bien su labor y contribuyendo al logro de los propósitos institucionales. Por eso es importante la autorregulación, en que cada uno esté consciente que su quehacer ayuda a la Universidad a cumplir sus objetivos”.