El domingo 15 de agosto se cumplen 176 años del nacimiento de don Federico Santa María Carrera, cuyo legado perdura hasta hoy a través de la labor de nuestra Casa de Estudios.
Un visionario, un hombre adelantado a su tiempo, que supo anticiparse a las necesidades de su país. Un filántropo, con espíritu emprendedor y que tuvo la capacidad de entender la educación como un elemento de movilidad social. Así es recordado don Federico Santa María Carrera, uno de los hombres más destacados del país, quien legó parte importante de su fortuna para la construcción de una Universidad que hasta hoy lleva su nombre.
El domingo 15 de agosto, la comunidad universitaria de la Universidad Técnica Federico Santa María conmemora un nuevo natalicio de su fundador, quien dejó como principal legado su firme convicción de entregar a los jóvenes carentes de medios la oportunidad de llegar al más alto grado del saber humano.
Hijo de Juan Antonio Santa María, próspero hombre de negocios, y de la distinguida Magdalena Carrera Aguirre, descendiente de la familia del prócer José Miguel Carrera, nació en 1845, en su casa ubicada en la entonces calle El Cabo, hoy Esmeralda, en la ciudad de Valparaíso.
Comenzó a trabajar a los 14 años en una compañía naviera. Su espíritu emprendedor y su habilidad para el comercio le permitieron consolidarse como un gran hombre de negocios, siendo reconocido en Chile y en el exterior. Con el paso de los años, logró conformar en la ciudad de París su fortuna, gracias a su trabajo en la industria del azúcar y el mundo naviero.
Un gran legado
A casi 176 años de su nacimiento, profesores, estudiantes, ex alumnos y funcionarios de la Casa de Estudios mantienen vivo día a día el recuerdo y el legado de don Federico Santa María. Un hombre consecuente con sus ideales, que decidió legar gran parte de su fortuna a la creación de la Escuela de Artes y Oficios y al Colegio de Ingenieros, con el propósito de construir una entidad que permitiera entregar una formación humana, científica y profesional, y que contribuyera a mejorar la enseñanza de la ciencia y la tecnología en el país.
Estas ideas fueron reflejadas en su testamento, donde destaca su aseveración de que era necesario “levantar al proletario de mi patria, poniendo al alcance del desvalido meritorio llegar al más alto grado del saber humano; es el deber de las clases pudientes contribuir al desarrollo intelectual del proletario”. Una frase que hasta hoy la USM mantiene presente en sus diversas áreas, fomentando el “aprender haciendo”, el desarrollo de soluciones innovadoras y la incorporación de nuevas herramientas de enseñanza y aprendizaje, que se suman al ejemplo que Santa María constituye para cada uno de sus estudiantes, quienes se motivan día a día con la posibilidad de cumplir sus sueños y ser un aporte a la sociedad.
En estos tiempos, en los cuales la pandemia ha generado una revisión y renovación de la forma de concebir la educación, la Universidad Técnica Federico Santa María mantiene su compromiso con la formación de técnicos e ingenieros que aporten al desarrollo de Chile, buscando fortalecer el gran legado de su fundador.
