Columna de opinión de Anamaria Arpea, Directora del Departamento de Aeronáutica.
En América Latina son cada vez más los aeropuertos que buscan a través de su remodelaciones o construcciones generar un triple impacto, en la sociedad, la economía y el ambiente.
La certificación LEED (Líder en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible) señala que para que un aeropuerto sea reconocido como sustentable debe tener una eficiencia energética que sea un 10 % mayor que el promedio, estar totalmente iluminado con fuentes naturales, realizar controles de ganancias térmicas y utilizar materiales de origen regional o reciclados para su construcción.
Un ejemplo de aeropuerto con esta certificación es el Aeropuerto Ecológico Galápagos, en Ecuador, construido en el año 2012 y que dos años después se convirtió en el primer aeropuerto a nivel mundial en obtener la certificación LEED nivel oro. Funciona al 100 % con energías renovables, eólicas y solares. El 35 % es a través de paneles fotovoltaicos ubicados en la terminal y el otro 65 % es generado por molinos eólicos ubicados estratégicamente en cercanía al aeropuerto.
En Argentina, el aeropuerto de Comodoro Rivadavia es el primer aeropuerto sustentable del país, que obtuvo la certificación mundial LEED de oro en el año 2019.
En Uruguay, el Aeropuerto Internacional de Carrasco posee una planta solar fotovoltaica conformada por 1.540 paneles con seguimiento solar que le permiten aprovechar el movimiento y captar un 30 % más que los tradicionales.
Y en Brasil, el Aeropuerto Internacional Diputado Luis Eduardo Magalhães es el primero que no realiza descargas de líquidos, dado que recicla el 100 % de las aguas residuales tratadas, y está totalmente iluminado con luces LED.
¿En qué está nuestro aeropuerto Arturo Merino Benítez? Según la información entregada por la concesionaria Nuevo Pudahuel, hay distintos planes para trabajar en transformarnos en un aeropuerto sustentable en diferentes dimensiones. Los principales puntos para trabajar son:
-Reducir la huella de carbono en un 40% para el 2030.
-Reciclaje, economía circular e implementación de un Biodigestor para residuos orgánicos.
-Desarrollo de hidrógeno verde tanto en vehículos terrestres como en aeronaves (año 2030).
-Evaluación de la huella hídrica del aeropuerto además de los posibles efectos en la salud humana y los ecosistemas.
-Mejorar la eficiencia energética.
-Desarrollo de electromovilidad, con instalación de puntos de carga e incorporación de autos eléctricos en flota de transporte de pasajeros (TRANSVIP).
-Fomento de la biodiversidad en el entorno aeroportuario, con recuperación de espacios mediante la instalación de especies nativas.
Es importante considerar que cada vez que se habla de aeropuerto sustentable o sostenible hay que pensar en cuáles son los actores que tienen un rol en esta transformación o cambio, ya que la responsabilidad no es solo de la industria aerocomercial, sino que también del gobierno y los fabricantes, entre otros actores.