La instancia formativa permite a los universitarios poner en práctica los conocimientos adquiridos en su vida estudiantil y mejorar sus habilidades blandas.
Una instancia para aprender a programar y desarrollar habilidades blandas como manejo de la frustración, trabajo en equipo y liderazgo son los talleres de robótica educativa que llevaron a cabo estudiantes del Departamento de Electrónica e Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María en Concepción.
El proyecto “Programa de Talleres de Robótica. Fundación Mustakis”, que contó con financiamiento de los fondos concursables de la Dirección de Vinculación con el Medio de la Universidad, recibió a 50 escolares de establecimientos de la región, bajo la tutela de 15 estudiantes de la USM, quienes aprendieron programación en C++ en la plataforma Arduino IDE, para programar un robot Iroh.
“El objetivo del programa es que estudiantes de la universidad puedan realizar estos talleres a escolares, desarrollando sus habilidades blandas y repasando los conocimientos que adquieren en la universidad y, al mismo tiempo, los niños que participan, puedan conocer las diversas posibilidades de carreras que tienen en la universidad y desarrollen habilidades de autoconocimiento”, explicó Benjamín Galindo, coordinador del programa.
Sebastián Pérez, estudiante de Ingeniería en Informática, participó como mentor y destacó que durante el proceso les enseñan también a relacionarse con sus pares. “Las actividades son en grupo y se intenta que ellos siempre estén interactuando, para eso utilizamos diversas metodologías que nos enseña la Fundación Mustakis como, por ejemplo, preguntarle a un niño y darle tiempo para que pueda discutirlo con sus compañeros, sin presionarlo; o “por las rápidas”, que es cuando se hace una pregunta al aire y todos intentan responder”, explicó.
“El taller es excelente, especialmente por la manera de enseñar de los mentores y voluntarios”, señaló Tomás Uribe, uno de los escolares que ingresó al programa durante el primer semestre.
“A ellos les gusta. les hice el taller el primer semestre y muchos de los chicos que participaron estaban aquí y son los más motivados, nunca faltan a clases, son los que más preguntan y más participan. En las sesiones de repaso, vienen con dudas anotadas en sus cuadernos y piden que uno les explique”, finalizó Pérez.