La estudiante de Ingeniería Comercial, Melany Olave Collao, capitana de la selección nacional de este deporte paralímpico, viajará hasta la ciudad de São Paulo para disputar el oro en la competencia internacional.
Con solo 20 años la estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María, Melany Olave Collao, junto a la rama femenina nacional de Goalball, equipo del que es capitana, viajará hasta Brasil para participar del Torneo de las Américas; certamen organizado por la Federación Internacional de Deportes para Personas con Discapacidad Visual (IBSA) y que este 2021 se disputa en São Paulo.
El Goalball es una disciplina creada exclusivamente para personas con discapacidad visual. Este deporte paralímpico se basa principalmente en el sentido auditivo para detectar la trayectoria de la pelota en juego (que lleva cascabeles en su interior), y en el que participan dos equipos de tres jugadores cada uno, durante 2 tiempos de 12 minutos cronometrados.
La sansana juega este deporte desde los 16 años y llegó a él a través de un grupo de amigos que la motivaron a seguir en el equipo, constancia que hoy la llevó a alcanzar el liderazgo de la selección chilena de Goalball femenino. Gracias a su corta pero exitosa trayectoria, Melany fundó el Club Deportivo Pantera el 2020 motivando así a mujeres con discapacidad visual a hacer deporte y alcanzar sus metas.
¿Cómo nace tu interés por este deporte?
Nació porque tenía amigos que lo practicaban y, en realidad, más que nada para poder compartir con ellos y disfrutar. Antes de los 16, le hacía el quite a los deportes, nunca tuve educación física en el colegio, por ejemplo, no tenía mayor interés. Ya estando en este grupo de amigos, me sentí bien con el ambiente y el espacio de entretención que se formó, con un círculo donde todos teníamos discapacidad visual. En el colegio esto no pasaba, era muy diferente.
Cuando tuve mi primer campeonato, me gustó mucho la sensación de estar en un partido, jugar, ganar, hacer goles y el compañerismo que hay en este deporte que además requiere de mucha comunicación, ya que todas tenemos discapacidad visual, por lo tanto, debemos tener una excelente comunicación para que no haya accidentes. En esta instancia, conocí a la entrenadora de la selección chilena, a quien le gustó mucho mi juego y así -al mes después- me llamaron a la selección, el año 2017.
Un gran mérito, ¿no? Que se suma también al hecho de poder participar por primera vez en el Torneo de las Américas
Por supuesto. Nuestra última competencia fue el Sudamericano de Argentina 2019 donde competimos contra Paraguay, Bolivia, Argentina y Perú en competencia femenina. En esa instancia, obtuvimos medalla de plata.
Yo soy la más pequeña del equipo no solo en edad, sino que también en porte. También soy la que lleva menos tiempo en el equipo y siempre me vi en la banca. Cuando fuimos a Argentina, fue una gran sorpresa para mí ir de titular en ese campeonato, más aún de central, que es quien tiene la responsabilidad de liderar el equipo.
¿Cómo compatibilizas este deporte con tus estudios? Me imagino que ser seleccionada nacional conlleva mucho entrenamiento y, por otro lado, la exigencia universitaria es alta.
Es muy difícil, más aún en pandemia. Cuando estábamos en modo presencial, podía utilizar las instalaciones de la misma Universidad para entrenar, usando el gimnasio y aprovechando las ventanas entre clases. En este caso, era mucho más sencillo poder adaptarse a ambas exigencias. En algún momento pensé que tendría que dejar de entrenar, para poder dedicarme de lleno a los estudios, pero mis profesores me ayudaron a no dejarlo de lado y ser perseverante en ambas cosas.
La Universidad consume bastante tiempo, sobretodo avanzando en los ramos que cada vez se ponen más difíciles y exigentes. Hoy en día, debo dividirme y poner foco en ambas cosas. Uso todas las mañanas para estudiar y trato de dejar cosas hasta las 17 horas a más tardar para después entrenar. Otro punto importante, es la locomoción, desplazarse de un lugar a otro también toma bastante tiempo y los lugares de entrenamiento van cambiando.
¿Hay equipo en la Universidad? ¿Se podría formar alguno?
El Goalball es un deporte solo para personas con discapacidad visual y en la Universidad no hay muchas personas con esta discapacidad. Actualmente solo hay un alumno más que juega Goalball.
De hecho, es muy difícil encontrar clubes de mujeres, hay varios de hombres, pero muy pocas mujeres se atreven a jugar este deporte porque es un poco intenso y duro, también porque la mayoría son mamás o están en otras cosas.
Con esta inquietud, el 2020 formé el Club Deportivo Pantera en Viña del Mar, del cual soy la presidenta. Ahí hay muchas niñas y mujeres con discapacidad visual, pero muchas veces no pueden jugar por diversos compromisos, de salud o de trabajo. Por esta misma razón, la federación flexibilizó un poco y ahora permite que una persona sin discapacidad pueda también jugar y así apoyar a la rama femenina.
Hablemos del Torneo de las Américas, ¿cómo se tomaron la noticia de la participación?
Es una copa América en la que participará Chile, Argentina, Colombia, Perú, Brasil, Canadá y Estados Unidos. Para nosotras es un hecho muy importante porque nunca hemos estado en este torneo y nunca nos hemos enfrentado con grandes deportistas como Estados Unidos o Canadá que están en el top en los campeonatos.
El equipo femenino de Brasil son las campeonas de América y son las segundas a nivel mundial, así que además es muy desafiante para nosotras enfrentarnos a un equipo como este.
Vamos contentas y con mucha fe en esta experiencia. Se nos viene Santiago 2023 así que es nuestro foco. Poder jugar con Brasil antes del Parapanamericano en Chile nos va a servir muchísimo para tener una idea de lo que necesitamos mejorar y cómo están trabajando ellos. Seguiremos entrenando y trabajando para dar lo mejor de nosotras.