Equipo multidisciplinario elaboró un conjunto de 60 alternativas dirigidas a familias y la pequeña agricultura y trabaja, a la par, en sistemas de acopio de agua atmosférica a través de recolectores de neblina y en el desarrollo de un sistema de desalinización orientado a recolectar agua de mar o de pozos con altos niveles de salinidad para luego separar, mediante evaporación, la sal y el agua.
En un contexto marcado por la crisis hídrica, el país experimenta a diario las consecuencias de una sequía prolongada y el déficit de precipitaciones, en un complejo escenario que mantiene a 98 comunas bajo decreto de escasez y 275 en estado de emergencia agrícola. Ante ello, la búsqueda de alternativas para asegurar el suministro de familias y garantizar el funcionamiento de actividades productivas se ha vuelto una necesitad cada vez más urgente.
Por lo anterior, y con el objetivo de implementar soluciones de bajo costo e impacto ambiental, el Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVal) de la Universidad Técnica Federico Santa María, a través del Fondo de Innovación Estratégica en Sequía de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), durante 2022 y 2023 llevó a cabo el Proyecto Sequía, orientado a identificar brechas que enfrentan las comunidades en la gestión del agua y al desarrollo de tecnología para aumentar la disponibilidad de este recurso, mejorando la eficiencia en su uso y asegurando el abastecimiento para el consumo humano y la producción de alimentos.
“Nuestra intención con este proyecto apuntó a trasladar soluciones para mejorar la gestión del agua en comunidades afectadas por la sequía, haciendo un puente entre la gran cantidad información disponible y las personas, vinculando el conocimiento con las necesidades que estas tienen”, señala Paula Guerra, directora del proyecto CCTVal y académica del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la USM.
Según detalla la investigadora, esta transferencia se traduce en alternativas tecnológicas y la elaboración de un conjunto de soluciones dirigidas a familias y pequeña agricultura (hasta dos hectáreas) de lugares afectados por la sequía.
“Hemos hecho una propuesta de tecnologías y estamos evaluando su factibilidad técnico-económica. Nos encontramos trabajando, por ejemplo, en sistemas de recolección de agua atmosférica a través de recolectores de neblina y también en subsistemas de tratamiento de aguas grises, para la reutilización de agua de lavadora”, comenta.
Adicionalmente, el proyecto contempla el desarrollo de un sistema de desalinización orientado a recolectar agua de mar o de pozos con altos niveles de salinidad y luego separar, mediante evaporación, la sal y el agua, recuperando esta última a través de un proceso de condensación. Si bien, este sistema es “de menor escala, y no permite desalar tanta agua como un sistema tradicional”, la Dra. Guerra explica que se trata de una alternativa más económica que puede servir para comunidades costeras o aledañas a pozos afectadas por sequía.
El catálogo
Como resultado de un exhaustivo levantamiento de información y una vinculación constante a lo largo del proyecto con comunidades de Olmué, Panquehue y Casablanca, el equipo de investigación elaboró un conjunto de soluciones orientadas a optimizar el uso de agua, propiciando su reutilización a nivel doméstico y en cultivos de pequeña escala.
Las propuestas, contenidas en su sitio web, presentan medidas adaptables a diferentes contextos según el impacto de la escasez hídrica a nivel individual o comunitario, incorporando acciones clasificadas por costo, tiempo de implementación y tipo de usuario.
“Dentro del catálogo se pueden encontrar desde capacitaciones gratuitas de autoformación en gestión del agua e instalación de sistemas de riego, hasta la reparación de gasfitería ineficiente y hábitos para el ahorro hídrico. Las personas pueden seleccionar un rango de precio y el período que disponen para implementar soluciones, dado que existen opciones que van desde los $0 a los $20 mil, o incluso algunas sobre $1 millón para quienes estén en condiciones de realizar una inversión mayor. En cuanto a los plazos, estos pueden ser menores a tres meses, entre tres meses y un año y superiores al año”, detalla la académica.
Cómo funciona
Para acceder sólo se debe ingresar a www.catalogosequia.com y dirigirse al apartado “Catálogo de Soluciones”. Una vez dentro, se debe seleccionar el tipo de problema y filtrar las alternativas por rango de precio, plazo de implementación deseado y tipo de usuario.
Entre las soluciones que el sitio presenta existen acciones de implementación concretas, como la adquisición y construcción de baños secos comerciales, sistemas de obtención de agua desde la humedad del aire a mecanismos para el tratamiento hídrico. Sin embargo, el catálogo también considera acciones complementarias como información sobre postulación a fondos de gestión del agua, orientación para formar cooperativas de Servicio Sanitario Rural y procedimientos para realizar contactos o denuncias ante las autoridades ambientales pertinentes.
“En términos globales, el proyecto ha sido positivo. Nos permitió un acercamiento a las comunidades que no habríamos logrado de otra manera, las escuchamos y nos enteramos de una realidad muy fuerte que están viviendo, que va más allá de la información disponible y las cifras. Uno sabe que hay sequía, pero conocer el malestar particular, cotidiano, que experimentan las personas es fundamental, y este catálogo es el resultado de haber comprendido esa realidad. Finalmente, como ingenieras e ingenieros, como centros tecnológicos, parte de nuestra misión es acercarnos a la sociedad y proporcionarle soluciones” y eso fue lo que hicimos con este proyecto, finaliza Guerra.
El proyecto ANID FSEQ210038 cerrará con el seminario “Enfrentar la sequía: tecnologías y soluciones desarrolladas para la emergencia hídrica”, que se llevará a cabo el día jueves 3 de agosto, desde las 12:30 horas, en el Salón de Actos del Edificio T del Campus Casa Central de la USM.
Las inscripciones se encuentran abiertas en el siguiente enlace.
Equipo
Junto a la Dra. Guerra, fueron parte también del equipo: Christian Romero, subdirector del proyecto e investigador CCTVal; Nina Hormazábal, directora de Vinculación con el Medio del Campus Casa Central USM y académica del Departamento de Arquitectura de la misma universidad; Hernán Astudillo, académico del Departamento de Informática USM e investigador CCTVal; y Adrián Ortiz, académico del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental USM. En conjunto, y con el apoyo de un grupo de investigadores asociados, ingenieros/as y tesistas, fueron los encargados de diseñar tecnologías, buscar fuentes alternativas de agua, vincular el proyecto con las comunidades y desarrollar el Modelo de Madurez para el catálogo web.