Investigador de la USM se refiere a los desafíos a abordar ante un eventual tsunami en ciudades con tramas urbanas complejas como Valparaíso y Viña del Mar.
Los chilenos estamos conscientes en general que habitamos en una zona de alta sismicidad y también que en sus amplias costas se podrían provocar en algún momento situaciones complejas poniendo en riesgo a parte importante de la población, al no contar con la información suficiente respecto a las decisiones que se deben adoptar ante un eventual tsunami, por ejemplo.
En esta línea, el académico de la Universidad Técnica Santa María e investigador del Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVAL), Patricio Catalán, refiriéndose al denominado sistema evacuación vertical, explicó que “una de las grandes dificultades que tiene este sistema en Chile, es que los edificios no han sido diseñados a priori para poder ser usados para estos efectos y no se cuenta con la señalética adecuada ni necesariamente con indicaciones que permitan a la población ubicarlos”.
Esta problemática es una de las aristas que aborda el proyecto Fondecyt “Marco integrador para la planificación de la evacuación vertical por tsunami” que lidera el académico de la USM, Jorge León, y otros coinvestigadores, entre ellos, Patricio Catalán.
Según este último, “a la fecha en Chile se ha dado un énfasis muy grande a la evacuación horizontal, entendida como el proceso de evacuación en la cual la persona se tiene que alejar de la costa y al mismo tiempo tratar de ganar altura, ojalá llegando a un punto alto natural como un cerro o algo similar (que no sea una construcción). Sin embargo, sabemos que hay localidades en Chile en que estos puntos altos se encuentran muy lejos por lo que es necesario implementar métodos alternativos, entre los cuales se considera la evacuación vertical, que es alcanzar los puntos altos de los edificios que a su vez tiene que estar preparados para resistir el exceso de carga, pero además tiene que contar con vías internas y externas de acceso a los niveles superiores”.
Parte del objetivo del proyecto es evaluar si la ciudadanía puede reconocer edificios que puedan ser útiles en caso de emergencia. Investigadores de la Universidad Técnica Federico Santa María han incorporado evaluaciones en vivo mediante el monitoreo de los tiempos de respuestas y los procesos de evacuación de las personas. “Esto nos permitirá saber qué tan fácil es para la gente identificar las características que podría tener un edificio relevante y por lo tanto ir avanzando hacia el uso de edificios existentes como posibles lugares de evacuación vertical”, sostuvo Catalán.
¿Está preparada la zona costera?
“En general el país ha avanzado mucho la preparación con respecto a tsunamis especialmente desde 2010. Hay que entender que estos fenómenos son más recurrentes de lo que pensamos, saber de evacuación y reconocer que los terremotos en Chile pueden provocar tsunamis”.
“En el caso de Valparaíso y Viña del Mar existía una percepción que los tsunamis no habían sido destructivos y que la ciudad estaba completamente protegida dando un falso sentido de seguridad, lo que claramente representa una amenaza. Además, el que gran parte del foco se haya puesto en el norte grande y no necesariamente en la zona central -donde ahora sabemos que hay una brecha sísmica importante- es otro riesgo. Por eso es tan necesario el aprendizaje que han tenido otras partes del país.”
“Los desafíos es que son ciudades con tramas urbanas complejas como Viña del Mar con una gran planicie de inundación donde tenemos que tratar de que la mayoría de las personas puedan saber cómo reaccionar antes estos eventos. En términos de infraestructura ante el terremoto en sí mismo, la experiencia nos ha indicado que los edificios en general están bien diseñados pero lo que necesitamos es que la gente pueda responder de manera apropiada.”
¿Qué sectores representan mayor riesgo?
“Es difícil identificar qué sectores son los más expuestos, pero sabemos que las cercanías del estero y la población Vergara en el caso de Viña del Mar y el sector del plan en Valparaíso, son zonas con un potencial alto de inundación. Es necesario que, en el caso de un terremoto grande, que no permita mantenernos en pie o que dure más de 30 segundos, se inicien de manera automática los procesos de evacuación hacia punto altos, alejándose idealmente de la caja del estero. Esto es esencial y es muy importante que todos lo manejemos porque de lo contrario esa zona podría ser inundada relativamente rápido afectando a muchas personas”.
“La idea de este proyecto es ofrecer alternativas adicionales como poder subir a edificios o evaluar al menos esa posibilidad para que los tiempos de traslado en el caso de una emergencia, se reduzcan. Lo principal es la educación de cada uno, no solo de quienes vivimos aquí, sino también de quienes visitan la costa porque en cualquier momento podemos vernos frente a una situación sísmica compleja y hay que saber cómo reaccionar”.