El Laboratorio de procesos ubicado en el Campus San Joaquín lleva ahora el nombre de Graciela Muñoz Marazzi, primera mujer en obtener el título de ingeniera de la Universidad Técnica Federico Santa María.
En una ceremonia que contó con la presencia de académicos y académicas, estudiantes, funcionarios, colaboradores y familiares, la Universidad Técnica Federico Santa María conmemoró a Graciela Muñoz Marazzi con una placa en el Laboratorio de procesos del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental del Campus San Joaquín, destacando su trascendencia como la primera mujer ingeniera de la casa de estudios.
El director académico del Campus San Joaquín, Claudio Tapia, destacó como la homenajeada abrió una senda que se ha visto reflejada en la cada vez mayor presencia de estudiantes mujeres en la carrera de Ingeniería Civil Química. También apreció la calidad humana que ha demostrado la ingeniera, quien “además de abrir un camino, también enseñaba a valorar el soporte entregado por la familia y la importancia que significa prepararse para la vida, no solo en lo profesional, sino que en todo ámbito”.
Iván Cornejo, subdirector del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental, comentó la importancia que tiene la nueva denominación del Laboratorio de procesos, esperando que “su nombre en este laboratorio, donde se nutren mentes, se forjan ideas, sea un sinónimo de perseverancia y excelencia, un recordatorio constante de que cada persona, cualquiera sea su etnia o género y de cualquier característica indistinta que lo represente, por propio merito tiene el potencial de marcar una diferencia”, explica.
Asimismo, Paula Guerra, jefa de carrera de Ingeniería Civil Química, también habló de la relevancia del laboratorio donde fue puesta la placa conmemorativa. “En este lugar es donde los alumnos integran todo lo aprendido a lo largo de sus estudios: mecánica de fluidos, termodinámica, transferencia de calor, transferencia de materia, control y reactores. Aquí se preparan para resolver problemas a los que se enfrentarán en el futuro”, puntualiza la académica.
En un emotivo discurso, Graciela Muñoz agradeció a su familia por ser un soporte en su desarrollo personal y profesional, a la vida por darle las oportunidades que se le presentaron, y a la casa de estudios, que para ella fue un pilar fundamental en su vida, ya que allí conoció a su esposo y dedicó catorce años a la docencia preparando a ingenieros e ingenieras.
Asimismo, Muñoz destacó que los valores entregados por la universidad la impulsaron a entregarse a una labor que era esencial en su persona: la acción social, poniendo parte de su vida al cuidado de niños abandonados durante ocho años.
A través de sus palabras quiso entregarle un mensaje de aliento a los jóvenes presentes en la ceremonia, diciéndoles que “en la vida hay que luchar por lo que uno quiere, ya que no todo está entregado de manera anticipada. Hay que perseverar en la vida y si uno cree en sus ideales, va a lograr cualquier cosa”.
“Agradecerles por lo que están haciendo por mí y si yo puedo con mi persona demostrarle a la gente joven que hay muchos caminos. La profesión puede darles dinero, estabilidad y una presencia en la sociedad. Pero no es lo único que uno debe perseguir. Uno debe buscar estar en paz con todos, en armonía y en amor con la sociedad. No solamente buscando sus propios intereses”, concluyó la primera ingeniera titulada de la USM.
En la actualidad y luego del destacado hito de Graciela Muñoz, ha aumentado progresivamente el número de mujeres que cursan la carrera de Ingeniería Civil Química, del siendo hoy prácticamente la mitad de los 750 estudiantes del programa perteneciente al Departamento de Ingeniería Química y Ambiental.