Columna de opinión de Víctor Lizama, docente de la especialidad de Prevención de Riesgos de la Universidad Técnica Federico Santa María, Sede Concepción.
De acuerdo con el último informe de circulación de virus respiratorios del Instituto de Salud Pública de Chile, existe un aumento notorio de casos positivos de virus respiratorios en relación a junio de 2022 en Chile.
En el caso de virus sincicial (VRS), se observa un aumento de 4.894 casos positivos en relación con el año anterior, y en el caso de coronavirus SARS-CoV-2, curiosamente existe una baja en relación con el mismo periodo anterior 2022: 97 casos menos.
Sin duda, uno de los principales factores de este aumento de enfermedades respiratorias se debe al confinamiento natural que se produce esta época de invierno, obligando a que las personas, en general, deban compartir espacios comunes ya sea de trabajo, académico u otro, por jornadas horarias extensas. Estos lugares deberían asegurar una buena calidad de aire interior para mantener a las personas en las mejores condiciones para desarrollar sus respectivas actividades.
¿Cómo aseguramos esta calidad de aire interior? Esto tiene que ver básicamente con el hecho de poder ventilar, es decir, reemplazar el total o parte del aire del espacio interior (salas, oficinas u otros) por aire fresco exterior, con el fin de que todo el “aire viciado o contaminado” pueda salir, lo que se conoce como renovación de aire por hora. Adicionalmente, se debe considerar como variable el control de la humedad y temperatura en este espacio interior, lo que se logra sólo y exclusivamente por medio de sistemas de climatización mecánicos; no sirve en estos casos la “ventilación natural”.
El decreto 548 del Ministerio de Educación del año 2012, establece que la temperatura mínima de la sala de clases es 15°C para la educación de párvulos, y de 12°C mínimos para la enseñanza básica y media. El efecto térmico en los más pequeños, sin duda, produce un detrimento del sistema inmunológico, siendo susceptibles de enfermarse, considerando además que las temperaturas de las últimas semanas han estado en gran parte por debajo de estos valores.
Por lo tanto, se puede establecer que una de las medidas más efectivas para que las personas puedan desarrollar sus actividades en un entorno más saludable, es la implementación de sistemas de climatización controlando la humedad y temperatura. Este tipo de proyectos puede impactar en primera instancia por los montos de inversión y operación, pero, sin duda, generaría una población más saludable en épocas frías, con menor ausentismo laboral y académico, y con un mayor rendimiento, lo que aún es un desafío que debe ser abordado.