Indicó Marco Antonio Mancilla, profesor del MEE y actual secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE).
Como uno de los fundadores y conceptualizadores del programa de Magíster en Economía Energética (MEE) de la USM es calificado este Ingeniero Civil Industrial, con más de 25 años de experiencia en la CNE. Desde su experiencia en el sector público asegura que Chile ha avanzado de manera progresiva en materia de política energética y que el magíster ha ido evolucionando a la par de cómo lo hace el sector de energía en Chile. “Desde mi rol en el servicio público puedo transmitir a los estudiantes, cómo se definen las políticas públicas, cómo el Estado y los gobiernos toman decisiones que marcan su quehacer en el momento y también para el futuro”. dice.
¿Usted considera que este programa de posgrado está alineado con las necesidades del país en materia energética?
En los últimos 10 años se ha incrementado la penetración de energías renovables y eso se ha plasmado también en la forma cómo este magíster transmite estos conocimientos, dado que somos un magíster profesional donde una buena parte del profesorado son expertos en su disciplina, trabajando tanto en el sector público, como el privado.
Estamos permanentemente “en la cresta de la ola”, en el sentido de cómo va evolucionando el mercado chileno en el sector energía. En mi caso que he trabajado desde siempre en el sector público y actualmente tengo un cargo de mayor responsabilidad, por lo tanto, puedo transmitir justamente cómo se definen las políticas públicas, como el estado chileno y cómo los distintos gobiernos abordan el sector energético y cómo se toman decisiones que marcan el quehacer del presente y para el futuro.
Desde el punto de vista de la política pública ¿Cómo ha sido la evolución de la ruta de esta transición energética?
Yo creo que una de las grandes virtudes del sector energético chileno es que las políticas públicas son bien estables y bastante transversales y que sufre menos variaciones con los cambios de gobierno, a diferencia de lo que ocurre con otros sectores de nuestra sociedad, donde cada nueva administración, especialmente si son de signos políticos distintos, tratan de plasmar su visión del mundo y sociedad.
En el caso de la energía yo diría que la visión es bien compartida dentro de los diferentes actores políticos y eso ha hecho que tengamos políticas públicas bastante estables y que son recogidas por la siguiente administración; eventualmente es perfeccionado, pero no modificado a fondo al punto de retroceder completamente o dar un giro sustancial en 180 grados de los que se venía haciendo.
Dicho esto, la forma como el país ha encarado en los últimos 10 años la política energética es la que corresponde a los tiempos. Hay visiones que observaron que íbamos hacia el mundo de las renovables, y que la carbono neutralidad es una condición básica para que como planeta podamos sobrevivir. El acuerdo de descarbonización se suscribió en el gobierno anterior y uno podría pensar que quizás ese color político se inclina más por políticas pro empresa y menos de medio ambiente, y no es tan así.
En mi vida profesional me ha tocado observar que las visiones son bien compartidas. y esta ruta de descarbonización se ha enfatizado con el gobierno actual. El norte todos lo tenemos claro, lo que ocurre es que como la vida no es lineal a veces hay avances y retrocesos.
¿Está la matriz actual preparada para la transición energética?
El año pasado la CNE tuvo, en este mismo proceso de descarbonización, que aplazar la salida de una central carbonera porque había riesgos de abastecimiento de suministro eléctrico. Es importante tener claro que las energías renovables podrían provocar problemas técnicos de estabilidad en el sistema eléctrico porque la matriz aún no está lista todavía para sostenerlas, entonces ahora hay que dedicarse a las condiciones habilitantes para que lleguemos a la meta qué es compartida por todos y estoy seguro que la vamos a lograr.
El trabajo es que tengamos las condiciones bases para cumplir la carbono neutralidad en 2050. No se puede tener por ejemplo 100% renovables si no tenemos seguridad de abastecimiento, sin respaldo y flexibilidad. El almacenamiento ha aumentado, pero no a la escala de lo que se requiere para reemplazar la generación termoeléctrica que actualmente tenemos (carboneras, centrales a gas). Esto va a tomar varios años más, aunque haya una ley recientemente promulgada de almacenamiento y exista una normativa regulatoria de transferencia de potencia que lo va a incentivar. El desafío a mi parecer es hacer el justo equilibrio entre seguir profundizando el mundo de las renovables y mantener la seguridad de abastecimiento a toda la población.
