Tres graduados concluyeron exitosamente su formación en el programa, el cual fue actualizado con una nueva estructura orientada a generar conocimiento de frontera acorde a las tendencias internacionales.
Nicolás Ripoll, Nicolás Thiers y Mauricio Campillo
Luego de su reapertura tras un periodo de reestructuración, el Doctorado en Ingeniería Mecánica, perteneciente al Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Técnica Federico Santa María graduó a su primera generación de estudiantes. Se trata de tres exalumnos que ingresaron tras el receso del programa, planificado para perfeccionarlo de acuerdo con las actuales exigencias de la investigación, la academia y la industria.
“Nos da felicidad contar con esta nueva promoción de postgraduados. En nuestra misión de formar profesionales y académicos de primer nivel, es un honor tener esta generación. Estoy seguro de que van a dejar muy bien puesto el nombre del departamento y de la universidad en los lugares donde les toque desempeñarse”, expresó tras la ceremonia el director del Departamento de Ingeniería Mecánica, Jaime Núñez Segovia.
“Este es el proceso cúlmine de formación de estudiantes, dado que el Doctorado en Ingeniería Mecánica es el grado académico máximo al que se puede aspirar en la especialidad”, agregó el director del programa Rodrigo Barraza, precisando que es una instancia de carácter científico “enfocada en la formación de especialistas en ciencias de la ingeniería mecánica, con capacidad y orientación hacia la investigación independiente y creativa que extienda las fronteras del conocimiento”.
Tradición en investigación e innovación
Creado a principios de los años 60, el Doctorado en Ingeniería Mecánica tiene una larga tradición en la historia de la universidad. Su calidad es reconocida en el ámbito académico, se encuentra acreditado y cuenta con más de 20 profesores con grado de doctor que se han formado en instituciones de primer nivel tanto nacionales como internacionales. Gracias a estas características, es uno de los nueve programas de doctorado con que la USM atrae estudiantes de todo el mundo.
Para responder de manera óptima a las necesidades del área, el año 2008, el programa clausuró su admisión en forma temporal, mientras simultáneamente se reformulaba el Magíster en Ciencias de Ingeniería Mecánica. “La idea era primero modernizar y acreditar el magíster, por lo tanto, en 2016, cuando el magíster ya estaba por segunda vez acreditado y por un número considerable de años, se reformuló el doctorado con una nueva malla de estudios y nuevos reglamentos”, relató Carlos Rosales, profesor del departamento, destacando que así se generó la continuidad entre ambos programas.
Según explicó, “ha funcionado bastante bien y hoy hay más de 10 alumnos, un número bastante significativo para un país como Chile, donde un Doctorado en Ingeniería Mecánica es un área muy especializada”. El elemento diferenciador es su orientación hacia la ciencia de la ingeniería, más allá de la preparación profesional para la industria; “la ingeniería está revestida de una serie de áreas científicas donde existe mucho por descubrir y la gente que se forma en un doctorado de este tipo queda capacitada para hacer investigación, o sea, hacer un aporte innovador en ese campo”, argumentó.
Conocimiento de frontera
Graduados y graduada de los programas de magíster y doctorado del Departamento de Ingeniería Mecánica
Ese es el caso de los sansanos recientemente graduados. Tras titularse de Ingeniería Civil Mecánica en la USM, Nicolás Ripoll, Nicolás Thiers y Mauricio Campillo decidieron cursar el Magíster en Ciencias de Ingeniería Mecánica y luego ingresaron al doctorado. “Quería seguir una carrera académica y, por otro lado, trabajando en la industria me di cuenta de que parte de lo que quería hacer como carrera profesional tenía relación con innovación, emprendimiento e investigación”, expresó Nicolás Thiers sobre sus motivaciones.
El principal aprendizaje de este proceso añadió Mauricio Campillo, fue “formular investigación de frontera en cualquiera de las áreas de la ingeniería mecánica en las cuales uno se desarrolle, enfrentando problemas de manera sistemática con soluciones creativas e innovadoras”. Por su parte, Nicolás Ripoll advirtió que “si dentro de tus metas se encuentra desarrollar un pensamiento crítico, tener capacidades para producir conocimiento de frontera y ser un referente en el área en la cual te desempeñas, un doctorado es una excelente plataforma para pulir esas habilidades”.
Los tres coincidieron en que una de las principales ventajas del doctorado es su cuerpo docente, formado por profesores reconocidos en sus áreas y con redes en los centros de investigación más prestigiosos del mundo. También la infraestructura, el equipamiento y el carácter técnico de la universidad, que permiten hacer investigación experimental para no solo validar la teoría sino también explorar nuevas propuestas con datos reales. De esta manera, el programa se enfoca principalmente a la academia, pero también entrega habilidades para innovar y generar desarrollo en el área industrial, concluyeron los nuevos doctores en Ingeniería Mecánica de la USM.
