Columna de opinión de Santiago Geywitz, Jefe de Carrera Ingeniería en Fabricación y Diseño Industrial de la USM Sede Viña del Mar.
Cada 27 de abril se celebra el Día Mundial del Diseño, instancia impulsada por el Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el fin de poner en valor y promover el arte del diseño, en todos sus ámbitos de creación.
El diseño, generalmente asociado con la estética, va mucho más allá. En el ejercicio y en la enseñanza de la profesión es posible motivar e inculcar en los diseñadores, la reflexión sobre el bienestar de las personas dentro de sus entornos locales y buscar soluciones innovadoras a las necesidades, como un medio para honrar la diversidad y trascender fronteras.
En esta definición, es importante tomar conciencia de la realidad que hoy nos toca vivir, y qué manera el diseño puede y debe aportar para estos desafíos, desde lo global a lo local. Diseño para apoyar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles planteados desde las Naciones Unidas (ODS), donde juega un papel preponderante cada uno de los 17 puntos presentados en esa agenda. De todas maneras, he aquí una precisión sobre las diferencias entre los conceptos “sustentable” y “sostenible”. La RAE, le atribuye al primer concepto la siguiente definición “Que se puede sustentar o defender con razones”, mientras que para “sostenible”, define como “Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente”.
Desarrollar Diseño Sostenible debiese ser la respuesta para enfrentar todo tipo de desafíos, y allí nuestra formación debe apuntar a integrar los conceptos asociados a la disciplina con todas sus acepciones, metodologías y variables, desde el ecológico, sustentable, ecodiseño y ecoeficiente, sin olvidar el fin inicial y último que es apuntar al bienestar de las personas. No obstante, el ejercicio de este no es solo una suma de talentos y buenas intenciones -que por cierto son aspectos fundamentales- sino que también debe recoger las herramientas que se han desarrollado para que se generen los cambios que la sociedad necesita, desde las cuestiones fundamentales de la normativa internacional, donde la triada de la Gestión, Medio Ambiente y Diseño, confluyen en la norma internacional del EcoDiseño ISO 14006; herramienta fundamental, para realizar labores de Diseño que aporte para nuestro desarrollo sostenible.
Ante esta nueva realidad, exacerbada por el COVID nos damos cuenta, más que nunca, que vivimos en una sociedad de consumo, debiendo reconocer que estamos inmersos en la lógica de comprar, usar y botar, donde urge avanzar hacia espacios que vayan más allá. Una primera mirada nos dirá que estamos avanzando en reciclaje, pero lo cierto es que producimos más de 1 kilo diario de basura por persona y en cifras globales no reciclamos más allá del 8%. El reciclaje entonces es importante pero no soluciona, ni menos se puede hacerse cargo de cómo llegamos a estos niveles de basura, y cómo los transformamos en residuos.
Urge implementar políticas y normas para que, desde la ciudadanía, impulsemos cambios. Es allí donde el diseño debe cumplir un rol fundamental, mediante la generación de remediales para los altos volúmenes de basura que generamos y -más importante aún- cómo empezamos a impulsar desde el diseño, un desarrollo sostenible.
Desde el diseño y la innovación, es necesario ver las oportunidades que están hoy presentes, por ejemplo, en la Economía Circular, y la reciente creación de la Hoja de Ruta de la Economía Circular en Chile, impulsada por un conjunto de actores que involucra al Gobierno, la academia, las empresas y organizaciones sociales. En paralelo, la ley REP, también genera oportunidades para el diseño en la lógica de revalorizar materiales y convertir basura en residuos y recursos.
