Columna de Juan I. Yuz E., rector de la USM y presidente del Consejo de Rectores de Valparaíso.
Este 10 de septiembre conmemoramos el 55° aniversario del Consejo de Rectores de Valparaíso (CRUV), una instancia que ha marcado la historia de nuestra región a través de la colaboración de las universidades tradicionales y con vocación pública que lo componen: la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la Universidad Técnica Federico Santa María, la Universidad de Valparaíso y la Universidad de Playa Ancha.
A lo largo de estos años, el CRUV ha enfrentado múltiples desafíos. Sin embargo, siempre ha prevalecido la convicción de que el trabajo conjunto potencia nuestras capacidades y nos permite llegar más lejos. Como Consejo hemos impulsado iniciativas clave, entre ellas el programa Alerta, enfocado en la prevención del VIH y otras enfermedades. Asimismo, hemos promovido acciones en equidad de género y de salud mental, todas orientadas al bienestar de nuestras comunidades. También hemos velado por la preservación y rescate patrimonial en nuestra ciudad puerto. Más aún, actualmente trabajamos codo a codo con el Gobierno Regional en la nueva Estrategia Regional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI).
Hoy, más que nunca, debemos repensar el futuro de nuestra colaboración, buscando nuevas formas de sinergia que nos permitan seguir aportando al desarrollo de la Región de Valparaíso. Sin duda, si a la región le va bien, a nuestras universidades también.
La confianza que la ciudadanía deposita en las instituciones de educación superior de nuestra región es un reflejo del trabajo constante y comprometido que hemos realizado, pero al mismo tiempo, constituye un activo que no podemos dar por sentado. Tenemos la gran responsabilidad de seguir fortaleciendo la colaboración con actores políticos, las empresas y con toda la sociedad para abordar los desafíos que enfrenta la región y aportar con soluciones innovadoras.
Mirando hacia el futuro, la tarea es clara. Debemos seguir construyendo sobre la base de lo que hemos logrado, repensando y renovando nuestra colaboración para que siga siendo tan potente como lo ha sido hasta ahora. Si algo nos ha enseñado la historia del CRUV, es que el éxito radica en la capacidad de trabajar juntos, aprovechando la diversidad de perspectivas para construir un camino común hacia un desarrollo sostenible, innovador y humano.
