Tras dos años de actividad telemática, el deporte vuelve a la Sede Viña del Mar.
Fueron años complejos para la actividad física, el deporte y la recreación en el periodo de pandemia. Si bien las clases continuaron y se generaron espacios para mantener rutinas deportivas virtuales, los profesores del área coinciden en que volver a la presencialidad ha dado un nuevo giro a la valoración que se tiene sobre este tipo de actividades.
“La asignatura de Educación Física se ha acomodado a las necesidades y características de los estudiantes de hoy, considerando que tuvimos dos años de inactividad. Dentro de las evaluaciones que trabajamos con ellos en ese periodo, incentivamos el autocuidado, el autodesarrollo y la autogestión. El estudiante es medido por una balanza digital con bioimpedancia, que arroja datos importantes de su organismo, tales como el índice de masa corporal. Con estos datos trabajamos la concientización y la sensibilización de que con el esfuerzo programado, constante, disciplinado y autorregulado accedemos a mejorar nuestros índices y nuestra calidad de vida”, explicó la profesora de educación física y directora del Departamento de Ciencias de la Sede Viña del Mar, Macarena Ramírez de Arellano.
En tanto, para el profesor Álvaro Villagrán, la vuelta a lo presencial ha sido muy favorable para los estudiantes “en el ámbito psicosocial, la interacción con pares ha permitido el crecimiento de la socio-efectividad de los alumnos y alumnas, lo que trasunta en el mejor desarrollo de conceptos y competencias tales como el trabajo en equipo, la autosuperación y la resolución de problemas, así como también las aristas deportiva, recreativa y competitiva han permitido la mejora en las capacidades físicas, condicionantes básicas, la resistencia, la fuerza y flexibilidad”.
La asignatura de educación física es parte importante de la vida de los sansanos y está fundamentada en el séptimo sello institucional “vida saludable”, que incentiva el desarrollo de este tipo de actividad. En esta línea, la profesora Ramírez de Arellano, indicó “este año la asignatura comenzó enfocada en un trabajo individualizado en el rendimiento físico, donde su mayor esfuerzo es premiado y valorado, no cayendo en tablas estandarizadas, si no en su propia superación”.
El profesor Francisca Ortega, señaló estar optimista “creo que como sociedad todavía no estamos preparados para realizar todo en la virtualidad. Fueron dos largos años de mucha incertidumbre, donde no siempre se tuvo la respuesta esperada por parte del alumnado. Después de este tiempo sin actividad presencial se perdió la cercanía con los alumnos y compañeros. Hoy ya cuando llevamos alrededor de un mes de trabajo, ver la gran cantidad de alumnos participantes y deseosos por estar en movimiento nos refuerza nuestra convicción de que la actividad física en todas sus formas y expresiones es esencial para el desarrollo de una sociedad más sana”.
Finalmente, el profesor Manuel Orellana, destacó la importancia que ha tenido para los estudiantes reencontrase cara a cara, “los alumnos están motivados en participar de las diferentes actividades, con objeto de socializar con sus compañeros en un ambiente grato y al aire libre, se ha dado una sinergia distinta en la interrelación y eso ha sido muy bueno”.
Diversidad de talleres
Otro de los aspectos que los docentes han destacado son los talleres que se imparten de forma presencial y que refuerzan los intereses de los alumnos.
Los talleres son: arbitraje, atletismo, balonmano, basquetbol, folclor, fútbol, futbolito, karate, música, rugby, spinning, entrenamiento funcional, tenis, tenis de mesa, vóleibol, entre otras disciplinas, estos se dictan en diferentes horarios, pero principalmente el horario protegido para que los estudiantes puedan asistir sin inconvenientes.