Desarrollado por el Centro Nacional de Pilotaje (CNP), la consultora Phibrand y la USM, el estudio identificó que la reconversión de equipos pequeños y medianos es un potencial nicho de negocios y una manera eficiente y rápida de impulsar del cambio en la matriz energética en el país.
Nuevos nichos y oportunidades de corto y mediano plazo en los ámbitos de la electromovilidad y los combustibles sintéticos, con especial foco en la gran minería y los proveedores mineros de Chile y de la región, se expusieron en la Universidad Técnica Federico Santa María durante el lanzamiento del estudio sobre “Transición energética y nuevos negocios para la minería”.
El estudio es parte del programa de capacidades tecnológicas para la innovación de Corfo, y fue desarrollado en conjunto por el Centro Nacional de Pilotaje (CNP), la consultora Phibrand y la Universidad Técnico Santa María. Además, tuvo la colaboración de la Corporación Alta Ley, Fraunhofer Chile, Expande, la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería (Aprimin), Eco Desarrollo y GIZ.
Al inaugurar el evento, el subsecretario de Minería, Willy Kracht, se refirió a que la minería a nivel global y nacional se está haciendo cargo de los desafíos que implica la transición energética. “Sin embargo, la reducción de emisiones no se va a producir sino coordinamos esfuerzos. Lo primero es establecer una hoja de ruta que nos permita priorizar a lo largo de estos años, qué transformamos primero en la industria minera. Para este proceso es relevante la información como la que recoge este estudio, cuyas recomendaciones vamos a seguir con mucha atención desde el Ministerio”.
En la misma línea, el gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, Fernando Hentzschel, indicó que este tipo de investigaciones pone de manifiesto la urgencia de que el país se sume a la tendencia mundial de la transición energética. “Este proceso global se basa en la incorporación de nuevas tecnologías, las cuales están hechas de conocimiento, materiales y de energía. Chile es proveedor de la mayoría de esos materiales. Tenemos los elementos que necesita el mundo para transitar energéticamente y contar con una matriz energética mucho más limpia y entregar un mayor bienestar social para todos y todas”.
Nuevos nichos de mercado
El estudio realizó entrevistas a representantes de las principales compañías mineras del país, proveedores y expertos del sector. El análisis de esta información reveló que la reconversión de equipos pequeños y medianos es un potencial nicho de negocios y es una manera eficiente y rápida de impulsar la transición energética.
Según la investigación, estos mercados cuentan actualmente con oferta y demanda potencial cien por ciento nacional y escalable a la región. La prioridad es aumentar rápidamente la oferta de reconversión a la electromovilidad y los combustibles sintéticos, así como su producción y distribución de estos últimos, explicó el gerente general de Phibrand, Cristian Mansilla, al presentar los resultados del estudio.
“Los nichos, escenarios, los actores y las capacidades de base ya existen en Chile y en las regiones mineras. Nos queda sólo decidirnos y habilitarlos para que estos negocios, ligados a la reconversión de equipos, se materialicen rápidamente en nuestro país y de esta manera vayamos ganando en competitividad en la medida que la transición energética avanza”, dijo Mansilla.
Panel de expertos
En la actividad, expertos en minería y energía dieron sus impresiones, criterios y opiniones, abordando diferentes aspectos del cambio en la matriz energética.
Sobre los desafíos de la transición energética, Elena Moreno, gerente de Proyectos de la Corporación Alta Ley, recalcó que además de los tecnológicos, también trae desafíos sociales, en particular dar impulso a esta transición para que sea una oportunidad de generación de valor en la economía y en los territorios.
“En este punto, el desarrollo de proveedores es clave. Podemos aprovechar este impulso fomentando la medición de emisiones de productos y servicios para la minería (emisiones de Alcance 3), identificar los cuellos de botella, generar políticas de incentivo y apoyo para descarbonizar la cadena de suministro de la minería, y con esto incentivar el desarrollo de proveedores verdes mineros con capacidades de exportación”, agregó Moreno.
En esa misma línea, Marcela Angulo, vicepresidenta del directorio de Minnovex y directora de la Universidad de Concepción, expresó que la formación técnica y profesional en Chile debe adecuarse a las nuevas necesidades. “Sí tenemos capacidades humanas y tecnológicas, estamos aprendiendo a trabajar de manera distinta y ahora queda dar el salto. El desafío de descarbonización de Chile hacia 2050 va a movilizar a todo el ecosistema, no solo el minero y energético”, aseveró.
Un nuevo mercado
Jorge Pontt, académico de la USM y director del Centro Nacional de Pilotaje, (CNP) resumió en el panel los desafíos de desarrollar un nuevo mercado, con énfasis en acelerar los procesos de transformación y aprovechar las oportunidades que brinda la transferencia tecnológica e innovación a la vez que se integran las capacidades locales y hay trabajo conjunto de todos los actores del ecosistema.
Respecto del rol de las compañías mineras, Gonzalo Ramírez, especialista en Electromovilidad de Codelco, enfatizó que las empresas mineras deben ser ágiles para avanzar en su descarbonización y detalló los desafíos de la estatal en este ámbito: renovar sus contratos en energía eléctrica, lograr una minería subterránea 100% eléctrica, reducir en 10% las emisiones en nuestros rajos, y promover un mercado de hidrógeno verde apalancado en aplicaciones en minería. “Vemos que este cambio es una innovación disruptiva en la cadena de suministro de la energía de nuestras operaciones. Por lo tanto, es un desafío transformacional para la industria”, precisó Ramírez.
Igualmente, Thomas Lindsay, coordinador de Proyectos de Fraunhofer Chile, hizo un llamado a las compañías y proveedores mineros a ver los combustibles sintéticos derivados del hidrógeno verde como una gran alternativa en la transición energética porque permiten aprovechar infraestructura existente, requieren adaptaciones menores en las aplicaciones disponibles, crean capacidades y capital humano en hidrógeno verde, y representan carriers energéticos atractivos para exportar. “Pero es importante seguir impulsando pilotajes y proyectos insignia que demuestren que ocupar combustibles sintéticos es factible y así darles confianza a los inversionistas”, enfatizó Lindsay.
Sobre los pilotajes y escalar innovaciones y nuevas soluciones, Cristian Opazo, gerente Técnico del CNP, insistió que “para poder transitar hacia la electromovilidad es necesario obtener el input de cada una de las tecnologías y así crear los modelos de negocio que se requieren. Y la única manera de hacerlo es a través de pilotajes o validaciones que se hagan cargo de obtener dichas variables”.
Desafíos pendientes
El estudio también identificó barreras que frenarían el desarrollo de nichos que la industria requiere para la transición energética, entre los principales estarían: la falta de espacios e instancias de pilotaje y validación de tecnologías; un bajo nivel de absorción tecnológica respecto de la transición energética; un desfase entre las intenciones en contribuir a reducir las emisiones y las inversiones que se necesita para ello; así como la falta de incentivos suficientes para que el sector invierta en fabricar o reconvertir equipos, y la necesidad de capacitación y de nuevos perfiles profesionales.
“El poder de compra, la voluntad y el interés existen. Pero hay materializar estos negocios hoy, en la etapa temprana de la transición energética. Aumentar rápidamente la oferta de reconversión a electromovilidad y combustibles sintéticos, así como su producción y distribución. Pero si los empresarios no dan el paso ahora, no podrán competir en el mercado a futuro,” concluyó Cristian Mansilla.