La Dra. Daniela Araya protagoniza el importante hito de ser la doctora N°100 con una investigación que evidencia el tránsito entre academia y empresa, contribuyendo al desarrollo de la industria biotecnológica en el país.
Con la presentación de su trabajo de tesis sobre la producción de un biofármaco en células mamíferas, la Dra. Daniela Araya se convirtió en la centésima estudiante que concluye con éxito el Doctorado en Biotecnología impartido en conjunto por la Universidad Técnica Federico Santa María y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Desde su creación en 2002, el programa ha formado a más de 100 estudiantes tanto de Chile como de otros países de la región lo que “es motivo de tremendo orgullo y reconocimiento de nuestro programa y estamos muy satisfechos por eso”, expresó en la ocasión el Dr. Michael Seeger Pfeiffer, director del doctorado.
Destacó también que la Dra. Araya realizó una investigación que contribuye al desarrollo de la empresa biotecnológica nacional, la cual aún es bastante incipiente. “Nuestros doctores pueden hacer un aporte fundamental y ella representa esa capacidad de transitar entre la academia y la empresa, por lo tanto, estamos tremendamente contentos”, dijo.
Apoyo humano y altos estándares
“Ser la graduada número 100 me llena de alegría y orgullo por el programa y la universidad. Me demuestra lo consolidado que está el programa y el aporte a nivel de investigación que ha estado entregando al país”, celebró la Dra. Daniela Araya, relevando el impacto positivo de sus antecesores al desarrollo biotecnológico nacional e internacional. “Me gustaría que este número continúe en crecimiento, que esta sea solo la primera parte de la historia”, agregó.
Según relató, su ingreso respondió tanto a su interés en la ciencia aplicada como al prestigio del Doctorado, donde encontró un grupo humano de apoyo, crítico y constantemente desafiado a cumplir los altos estándares de las clases. Además, valoró la variedad de líneas investigativas, la disponibilidad de instalaciones, la realización de pasantías y las becas para estudiantes de postgrado que ofrecen seguridad en el desarrollo de actividades académicas y de dedicación exclusiva a los estudios.
En su tesis abordó estrategias de biotecnología celular para mejorar la producción de hormona folículo estimulante bovina en células de ovario de hámster chino, una investigación muy acorde a lo que demanda el mercado ya que la industria biofarmacéutica siempre busca cómo generar más biofármacos para reducir los costos. Siguiendo esa línea, hoy es parte de una StartUp chilena dedicada a proteínas de interés alimentario.
Orientación a la industria
“Es un ejemplo de un trabajo de calidad y de mucho interés aplicado por el lado de las empresas”, explicó el Dr. Seeger sobre la investigación de la Dra. Araya, precisando que esa orientación a la industria también es un área de interés en el programa. “Nuestros doctores se han insertado mayoritariamente en la academia, pero también han contribuido al desarrollo de la empresa biotecnológica en Chile, que aún es bastante incipiente; ellos pueden hacer un aporte fundamental”, advirtió.
En ese sentido, enfatizó que varios estudiantes se han graduado con patentes de invención, lo cual significa que esta ciencia aplicada ha sido reconocida como innovadora, novedosa y pionera en el mundo. Por su parte, otros se han insertado o creado empresas para comercializar los productos desarrollados con sus investigaciones.
Recordó además el carácter innovador del doctorado no solo por surgir de la alianza de dos universidades regionales de excelencia, sino también por combinar las áreas de biotecnología molecular -originada en la revolución de la ingeniería genética de principios de los 70- y la biotecnología de bioprocesos -que está ligada al escalamiento industrial de productos y servicios de la biotecnología-.
Es así como fue evaluado por Mineduc como uno de los dos mejores Doctorados en Biotecnología nacionales y es parte de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), formando la Red Iberoamericana de Biotecnología Isla Negra que integran 15 universidades de excelencia.
Modelos femeninos
Con el programa posicionado entre los protagonistas de la industria biotecnológica en Chile, la Dra. Araya considera que el sector seguirá consolidándose. “Cada año hay más aportes del Estado a proyectos biotecnológicos o StartUps, existe actualmente un enfoque en impulsar la innovación no solo desde el sector público sino también desde el privado”, advirtió.
En este escenario, proyecta continuar contribuyendo al crecimiento de esta materia para llegar a situar al país como líder en Latinoamérica, abordando desde temas de salud, como el desarrollo de vacunas, hasta medioambientales, con la creación de productos sustentables. Asimismo, busca ayudar a mejorar las oportunidades laborales en el ámbito científico.
Finalmente, recalcó la importancia de contar con modelos femeninos en áreas de ciencia e innovación, para que así más mujeres se interesen y participen. Por eso valoró la mayor presencia de mujeres desempeñando un rol que, si bien antes era poco reconocido, siempre ha sido fundamental. “Yo me rodeo de muchas mujeres que me inspiran, incluyendo a mi mentora y mis compañeras, y espero ser la inspiración de otras mujeres a futuro”, concluyó.
