Durante la segunda sesión del Consejo Directivo de Actualización y Modernización de Estatutos, la USM avanzó en la definición de un plan de trabajo para abordar las siete materias prioritarias identificadas en la primera fase, con énfasis en el principio orientador y el desarrollo de los Departamentos y las Unidades Académicas y Docentes. También se presentaron experiencias de universidades de referencia, mientras las y los consejeros destacaron la importancia de la comunicación y el consenso en este proceso transformador.
En un esfuerzo colaborativo por actualizar su marco normativo, la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) celebró la segunda sesión del Consejo Directivo de Actualización y Modernización de Estatutos. Durante esta jornada, los participantes se enfocaron en definir la metodología para abordar las siete materias prioritarias identificadas en la primera fase, así como en iniciar un debate profundo sobre aspectos críticos que influirán en el futuro institucional.
Carlos Castro, coordinador del Comité Ejecutivo, destacó que la sesión permitió alcanzar acuerdos significativos sobre el tratamiento de las materias prioritarias, especialmente en lo que respecta al territorio y el desarrollo de los Departamentos y las Unidades Académicas y Docentes. «Comenzamos a tratar en detalle dos temas fundamentales; particularmente el territorio, a través del principio orientador, que establece que queremos desarrollar el quehacer de nuestra Universidad en todo lugar donde sea pertinente. Esto ha sido clave para nuestra discusión», afirmó.
Asimismo, añadió que «la segunda materia prioritaria, que es muy relevante, dado el principio orientador ya acordado, trata del impacto de la aplicación del principio en el desarrollo de las Unidades Académicas Docentes, Departamentos de Sede, y Unidades Académicas Docentes de Casa Central. Nos parece que va a ser el gran eje de la actualización de Estatutos, donde claramente vamos a tener que hablar de una capa intermedia entre los actuales departamentos y las autoridades de las vicerrectorías, por ejemplo».
El Consejo Directivo también reforzó los contenidos del plan de trabajo, que contempla tres etapas: la primera, centrada en las grandes propuestas que se presentarán en un Claustro Pleno en mayo de 2025; la segunda, enfocada en la redacción de los nuevos Estatutos; y la tercera, que incluirá la votación en Claustros locales en enero de 2026. En esa línea, el Consejo enfatizó la importancia de llegar a propuestas concretas que sean apoyadas por la comunidad USM para lograr avances significativos.
En tanto, el Consejero Académico Alberto Mercado consideró que esta sesión fue «muy productiva» y subrayó el desafío de llegar a un consenso que contemple la complejidad actual de la Universidad. «La comunicación de todo esto es crucial. Necesitamos que la comunidad esté enterada de lo que se discute aquí y pueda participar a través de sus Consejeros», agregó.
Por su parte, el Consejero Académico Pablo Lezana, expresó que el proceso es desafiante, ya que invita a la Universidad a reflexionar sobre sus prácticas actuales y contrastarlas con las expectativas sociales. «La clave será cómo cada uno de nosotros puede dejar de lado intereses personales en pos de una mejor inclusión en la discusión, así como en la creación de nuevas estructuras y formas de funcionamiento que nos permitan desarrollarnos de manera más efectiva en el futuro», comentó.
Aprendizajes de Universidades de referencia
Durante la sesión, se presentaron dos exposiciones que sirvieron como insumo para las discusiones. La primera presentación “Tratamiento de la materia territorio en Estatutos de Universidades de Referencia”, abordó precisamente cómo estas Instituciones de educación superior, mayoritariamente aquellas que tienen siete años de acreditación, establecen la materia de territorio en sus Estatutos, sugiriendo un tratamiento acotado en lugar de definiciones extensas.
“Muchas de estas Universidades se basan en un artículo que define principalmente su domicilio o la naturaleza del Campus, mientras que las demás definiciones territoriales se establecen a través de reglamentos», explicó Roemil Jorquera, integrante del Equipo Técnico de Apoyo del Comité Ejecutivo de Reforma de Estatutos.
La segunda presentación “Análisis preliminar: Estructuras intermedias de coordinación”, profundizó en los niveles intermedios de coordinación académica y administrativa, identificando la Facultad como la unidad académica principal. “Éste es un trabajo preliminar que, de alguna manera, nos permite sentar las bases para conocer cómo otras Universidades se estructuran en el ámbito de facultades, institutos o centros”, comentó Jorquera.
En ese contexto, la representante del Presidente de la República ante el Consejo Superior, Nancy Pérez, sostiene que tanto la Universidad como las instituciones en general están replanteando sus modelos de gobernanza y organización, para que sean más acorde a los tiempos actuales, donde la flexibilidad y la capacidad de adaptación frente a los cambios son imprescindibles.
“Es interesante la discusión, sobre todo en instituciones como la USM que está en distintos territorios, cada uno de ellos viviendo sus propias realidades y a veces viendo pasar oportunidades, sin poder reaccionar de manera adecuada, dadas las estructuras que se han definido para operar hasta ahora. Sin embargo, también es comprensible y muy importante la preocupación por cuidar lo que ha permitido que una institución como la USM tenga el prestigio que la caracteriza, su reconocimiento en ciencias, tecnologías e ingeniería. La tensión entre autonomía y control”, sostuvo.
Finalmente, el Comité Ejecutivo se encargará de sintetizar el trabajo realizado y preparar instancias consultivas para informar a la comunidad universitaria sobre el progreso de la Fase 2 del proceso de Actualización y Modernización de Estatutos, y recoger opiniones sobre las decisiones a tomar en el futuro.
