La iniciativa del Centro de Biotecnología Dr. Daniel Alkalay Lowitt, el Departamento de Ingeniería Química y Ambiental y Campus Sustentable ha recibido este año a más de 700 estudiantes, promoviendo experiencias de aprendizaje activo que vinculan biodiversidad, investigación aplicada y cuidado del entorno.
En el marco de un calendario permanente de recorridos educativos, USM Bee Lab volvió a abrir sus puertas a establecimientos educacionales de la región, ofreciendo actividades que conectan el currículo de ciencias con la biodiversidad y el cuidado del entorno. Con esta iniciativa, la Universidad Técnica Federico Santa María busca acercar la investigación aplicada a las comunidades escolares y fomentar la valoración del conocimiento científico desde la infancia.
USM Bee Lab es impulsado por el Centro de Biotecnología Dr. Daniel Alkalay Lowitt, el Departamento de Ingeniería Química y Ambiental y Campus Sustentable. Desde 2021 la iniciativa ha crecido en cobertura y metodología, integrando estaciones de aprendizaje, sala de cosecha, infografías y prácticas simples replicables en aula, como siembra de flores melíferas. Karen Yáñez, directora del USM Bee Lab e investigadora del Centro de Biotecnología USM, destacó que “las visitas de colegios al USM Bee Lab comienzan en 2021 con recursos limitados, pero nos permitieron adquirir material didáctico y organizar las primeras actividades; este año ya hemos recibido a 700 niñas y niños junto a sus profesoras y apoderados . A lo largo de estos cuatro años ya hemos recibido a más 1900 visitas de colegios.”
El componente formativo se refuerza con la vivencia universitaria. Daniel Ramírez, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental e investigador del USM Bee Lab, señaló que“sabemos que visitar un apiario es una experiencia significativa para las y los niños, algo que van a recordar por mucho tiempo”, pero además destacó que “lo más importante para muchos docentes de los colegios que nos visitan es que esta experiencia está en un contexto universitario, lo que permite que los estudiantes construyan una imagen concreta de lo que es una universidad”.
Ramírez precisó que “este punto es muy relevante para escuelas con alta vulnerabilidad porque sus alumnos en general no tienen referencias familiares del mundo universitario lo que hace muy difícil motivarlos en sus estudios; este punto nos motiva a privilegiar estas visitas”.
En la visita más reciente, estudiantes de segundo básico del Colegio Compañía de María recorrieron hitos del campus y el apiario, observaron la sala de cosecha y trabajaron con material didáctico alineado al currículo de ciencias, vinculando contenidos sobre hábitat, cadena alimenticia y biodiversidad con su entorno cotidiano.
Foco pedagógico de las visitas
Para asegurar pertinencia pedagógica, las actividades se adaptan por nivel y articulan objetivos de aprendizaje. María Elena Estay, profesora y coordinadora de las visitas del USM Bee Lab, indicó que “definimos tres objetivos: reconocer la importancia de las abejas, identificar los productos que entregan y comprender la necesidad de cuidar el medio ambiente”, complementando además que “con los cursos de prebásica y primer ciclo básico se aborda de forma más sencilla y, con segundo ciclo básico, se profundiza en procesos químicos y el impacto humano en las abejas”.
El enfoque práctico favorece la participación y el “aprender haciendo”. Desde el Colegio Compañía de María, las profesoras Camila Carvacho y Josefa Ovando señalaron que “el currículo pide conocer hábitat y estructura de los insectos; qué mejor que verlo en el laboratorio. Poder interactuar y tocar vuelve la experiencia significativa y muestra, por ejemplo, cómo la contaminación incide en la cera del panal”.
El programa integra mediación de estudiantes avanzados para conectar ciencia escolar e investigación aplicada. María José Leiva y Cristóbal Fleming, memoristas de Ingeniería Civil Ambiental, explicaron que “recibimos a los colegios en la entrada, visitamos hitos del campus y contamos la historia de la universidad; en el apiario las y los niños se involucran, hacen preguntas y comentan que recuerdan mejor lo que observan”.
Como parte de la vinculación con el territorio, el USM Bee Lab promueve acciones concretas para continuar el aprendizaje en la escuela y en el hogar, reforzando conductas de cuidado de polinizadores y del entorno.