La tecnología, inédita en Chile y el mundo, se basa en sensores que miden variables como la humedad, temperatura, presión e inclinación del usuario.
Smart Sitting DOI, asiento inteligente con sensores específicos que miden el nivel de bienestar de usuarios con discapacidad severa y dificultades de comunicación verbal, es el desarrollo tecnológico que lleva a cabo Alejandro Bertin, ingeniero de Investigación y Desarrollo del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E) de la Universidad Técnica Federico Santa María, en conjunto con la empresa DOI family, experta en el desarrollo de productos para la discapacidad.
El proyecto abarca desde la concepción, el diseño y la programación, así como la creación de una página web y una aplicación. La tecnología se basa en sensores emplazados bajo la superficie del asiento que miden factores como la humedad, la temperatura, la presión y la inclinación. Los datos recopilados son enviados a la nube a través del wifi y son procesados en intervalos de tres segundos por un algoritmo automatizado. Este algoritmo envía alertas a los cuidadores y familiares de los usuarios con discapacidad a través de la plataforma Smart DOI.
“DOI family recoge la problemática manifestada por sus clientes y cuidadores a lo largo de más de 16 años, y se relaciona con la dificultad para reconocer la incomodidad de los usuarios, lo cual se agrava en aquellos sin capacidad de comunicación física y/o verbal. Usualmente, la incomodidad se genera por largos periodos de presión sobre el mismo lugar del asiento o por la temperatura y humedad en ciertas partes del cuerpo del usuario con discapacidad. En este sentido, la tecnología aplicada a la silla ayudará a prevenir una serie de daños en la salud de la persona”, indica Bertin.
Sensores
El desarrollo tecnológico, que está en la etapa de producto mínimo viable y cuya primera etapa finalizará a fines de 2023, es pionero en el mercado nacional e internacional, dado que no existen alternativas similares de sillas inteligentes que entreguen información personalizada del usuario.
El sistema utiliza varios sensores de presión, humedad y temperatura, además, evalúa las vibraciones e inclinación, para detectar movimientos espasmódicos, como los producidos por un ataque de epilepsia. “La silla es personalizada con las variables de cada persona y el algoritmo trabajará para ese usuario. Lo que se busca es disminuir la probabilidad de generación de escaras, tejido necrótico, morbilidad y eventualmente otras condiciones que pongan en peligro la vida del usuario/paciente, entre otras”, indica el ingeniero del AC3E.
Proyecciones
En relación al potencial del producto, Bertin señala que se estudia la posibilidad de incorporar sensores que midan más variables y que generen otros tipos de alertas que puedan utilizarse en pacientes en sillas de ruedas o en hospitales o domicilios particulares.
Cabe destacar que el proyecto, donde participan también los investigadores del AC3E, Dr. Matías Zañartu y Dr. Alejandro Weinstein, tiene un gran potencial para impactar en la industria, especialmente porque las sillas producidas por DOI family ya se comercializan en Chile, Colombia, México, Estados Unidos, Argentina y Perú”.
Asimismo, Bertin señala que «junto con el avance técnico en sí, es de suma importancia centrarse en la integración de la ingeniería electrónica con la biomédica con el propósito de brindar asistencia a las personas. Este proyecto contempla numerosos elementos de índole social, buscando mejorar no solo la calidad de vida de los usuarios, sino también la de los cuidadores y sus familias».