Columna de opinión de Marcelo Rojas, Profesor del Departamento de Mecánica de la USM, Ingeniero en Minas e Ing. Civil Industrial, con un Magister en Geomecánica y Magister en Gestión Ambiental.
Hoy en día los yacimientos con ley mineral rentable son cada vez más escasos, ya que la industria requiere mucho cobre y principalmente hierro. Me refiero especialmente a la industria tecnológica y automotriz con sus fábricas en países como en China e India, pero también en otras naciones asiáticas como Malasia e Indonesia.
Lo anterior ha obligado a mejorar las tecnologías de concentración de minerales, al punto que, lo que hace 10 o 15 años era considerado estéril, hoy se considera mena, es decir, material útil para poder extraer algún mineral valioso, como el cobre, hierro, molibdeno, níquel, oro, entre otros.
Esto de la escasez de yacimientos con una ley que sea rentable para su extracción, ha obligado a las empresas que invierten billones de dólares en exploración y explotación minera, a buscar que el negocio minero sea rentable.
Lamentablemente los yacimientos son estructuras geológicas naturales donde el hombre no toma parte en su formación. No siempre son valiosos, ni se encuentran cercanos a la superficie, donde por razones económicas y técnicas conviene la explotación a cielo abierto, lo que involucra mover grandes masas de estéril para obtener sólo una pequeña parte de mineral útil.
La explotación a cielo abierto no sólo es más económica para las empresas mineras, sino más segura, ya que no hay que ventilar y los derrumbes son menos frecuentes. En la minería subterránea la producción de mineral útil es más escasa, ya que es necesario moverse por túneles y chimeneas que deben ser construidas en el macizo rocoso, de tamaños reducidos, para evitar derrumbes y mayores costos en fortificación, lo que puede llegar a no hacer factible el negocio minero, contrariamente a lo que ocurre con la explotación de un yacimiento a cielo abierto,.
Es claro que la minería a cielo abierto es menos amigable con el medio ambiente, por cuanto muchas veces se deben deforestar extensas zonas antes de iniciar la extracción mineral. Aun cuando se haga en zonas desérticas, el movimiento masivo de mineral y estéril levanta polvo al ambiente y provoca tal ruido que puede llegar a deteriorar el hábitat de especies endémicas e, incluso, de las comunidades cercanas. Esta modalidad, sin embargo, da oportunidades de trabajo, hotelería y caminos en buen estado, a poblaciones cercanas como Illapel, Salamanca y Mamiña, lo que aumenta la calidad de vida de la comunidad.
La minería subterránea es más amigable con el medio ambiente; la explotación se hace bajo tierra, pero es más riesgosa para los trabajadores, por los derrumbes o planchoneos que ocurren; también el hecho de trabajar a oscuras todo el día, agrega un estrés indeseado para muchos.
Otra cosa que no se toma en cuenta, es que todo los túneles y piques que se realizan bajo la superficie, muchas veces produce hundimientos inesperados en la superficie, subducción, debido a la extracción masiva que se hace de petróleo o minerales bajo tierra, finalmente la superficie cede y genera sismos o grandes socavones como el ocurrido hace poco en Chile.