Cada 4 de agosto se celebra el Día Nacional del Arquitecto y Arquitecta, en conmemoración de la creación en 1942 del Colegio de Arquitectos, hoy Asociación Gremial.
Comúnmente la sociedad asocia la labor del arquitecto con el proyecto de arquitectura y, en un segundo plano, con el proyecto urbano, desconociendo otros campos de acción del profesional como son la construcción, la evaluación y revisión de proyectos, las tasaciones, los peritajes, la investigación o la enseñanza, entre muchas otras.
La arquitectura busca encontrar soluciones creativas, poniendo en relación lo concreto y material del ambiente construido, con la satisfacción de las necesidades de la vida y el trabajo, respondiendo activamente a los cambios sociales, económicos, tecnológicos y medioambientales.
En este siglo XXI, época de aceleración tecnológica y social, la disciplina se enfrenta a desafíos globales y locales. El impacto del diseño y la construcción en el cambio climático, el imaginar los entornos del futuro con un planeta cada vez más poblado y con recursos más limitados o la integración de las tecnologías con el trabajo humano, son algunos de los desafíos que enfrentamos a nivel global. A nivel nacional nos afrontamos a la emergencia habitacional y las dificultades por lograr que las ciudades sean habitables y no un mero espacio de especulación económica.
Un desafío apremiante en Valparaíso es la crisis de nuestra ciudad patrimonial, con años de promesas incumplidas y la incapacidad del Estado y de los privados para gestionar un área urbana con reconocimiento mundial. Ejemplos de esto son los fallidos proyectos del Centro Interdisciplinario de Neurociencias o del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y Serviu en las ruinas del edificio Subercaseaux. Una interesante comparación para ver lo irrelevante que es el área patrimonial para el Estado es la construcción de la primera etapa del Centro Cultural Gabriela Mistral (2009-2010) que tuvo un costo cercano a los $ 21.000.000.000.
En la misma época se desarrolló el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso con un financiamiento algo superior. Suena contradictorio que se dedique el mismo financiamiento para solo un edificio, que para la recuperación de una extensa área de una ciudad patrimonial. Hoy se proyecta que la segunda etapa del GAM tendrá un presupuesto de $ 72.000.000.000 ¿Tendrá un presupuesto cercano la Corporación Comunal que desarrolla el Sitio Patrimonio Mundial-Área histórica de la ciudad puerto de Valparaíso? Lo dudo.
Por último, y a la vista de los desafíos a los que se enfrenta la disciplina, el futuro de la arquitectura es expectante, necesitándose profesionales de gran creatividad, hábiles y críticos para interactuar con una realidad que nos rodea cada vez más compleja, para proponer y proyectar edificios, ciudades y paisajes habitables que contribuyan al bienestar de nuestro planeta y nuestra sociedad.