Columna de opinión de Carolina Erices, profesora del Departamento de Ingeniería Comercial.
rEl Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre registró una leve variación de 0,1% mensual, pero por debajo de lo que anticipaba el mercado, que proyectaba un aumento del 0,3%. Esta diferencia se explica, en gran medida, por una menor presión en los precios de los alimentos, lo que ha influido de manera positiva en el comportamiento de la inflación general.
Los alimentos, que tienden a ser uno de los componentes más volátiles del IPC, mostraron un menor ritmo de aumento, ayudando a moderar la inflación del mes. Aunque los servicios y los bienes no volátiles también aportaron al alza inflacionaria, este efecto podría ser temporal. Un factor para considerar es el evento comercial «Cyber Day» en octubre, el cual podría impulsar los precios de bienes duraderos y electrónicos, volviendo a generar presiones inflacionarias en este sector.
Frente a esta moderación inesperada de la inflación en septiembre, surge la posibilidad de que el Banco Central decida reducir la tasa de política monetaria en 25 puntos base en su próxima reunión de octubre. Sin embargo, es importante recordar que esta reducción en la inflación se ha dado principalmente en componentes volátiles, como los alimentos, lo que deja la inflación subyacente menos afectada. Si esta tendencia se mantiene, la probabilidad de otro recorte de 25 puntos base en diciembre aumenta, especialmente si la difusión de las presiones inflacionarias sigue siendo limitada.
De cara a octubre, se espera que el IPC tenga una variación mensual de 0,7%, aunque algunas proyecciones apuntan a un sesgo a la baja debido a los efectos que el «Cyber Day» podría tener en el precio de bienes no duraderos.
En cuanto a la inflación subyacente, que excluye componentes volátiles como alimentos y energía, mostró una variación mensual de 0,3%, con una tasa anual del 3,8%. Esto refleja que, más allá de las fluctuaciones en alimentos y otros productos volátiles, la inflación en componentes más estables continúa siendo moderada.
Este contexto sugiere que, aunque septiembre trajo una sorpresa positiva en términos de inflación, es necesario seguir monitoreando tanto los precios de bienes volátiles como el comportamiento de la demanda interna, s, especialmente a medida que nos acercamos a la temporada de fin de año y su habitual aumento en la demanda de bienes. Por este motivo, hemos ajustado nuestras estimaciones de inflación para el cierre de 2024, reduciendo ligeramente la proyección a 4,4%.