Tras un riguroso proceso iniciado en 2023, la carrera logró la certificación que deberá ser revalidada dentro de siete años. Se trata de un reconocimiento que exige el cumplimiento de los estándares del Acuerdo de Washington que incluye competencias técnicas, habilidades transversales y un enfoque en sostenibilidad.
Un importante reconocimiento recibió la carrera de Ingeniería Civil Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María al ser certificada internacionalmente por el máximo de siete años tras un arduo proceso iniciado en 2023 y liderado por el profesor Federico Meza.
Impulsada por el Departamento de Informática de la casa de estudios, la carrera fue evaluada por una agencia que analizó el cumplimiento de una serie de criterios internacionales, específicamente orientados a los Atributos del Graduado del Acuerdo de Washington. Este convenio entre países establece estándares comunes para la formación de ingenieros y eleva a los egresados al nivel de universidades de países desarrollados como Estados Unidos, Australia y Canadá.
“Esta certificación se define bajo estándares internacionales, por lo que debe cumplir con los requisitos mínimos del perfil del graduado, permitiendo que este sea compatible con profesionales de distintos países. Alcanzar este estándar no es fácil, pero creo que nos diferencia y nos posiciona muy bien al capacitar a nuestros alumnos, no solo para el mercado laboral local, sino también internacional”, señala el director del Departamento de Informática, Claudio Lobos.
Por su parte, la directora de Aseguramiento de la Calidad de la USM, Paula Beale, destaca el logro asegurando que no es algo “casual”, sino el resultado de un trabajo constante y organizado por parte de la carrera a lo largo de los años. “Existe un esfuerzo sistemático y el mecanismo de certificación refleja el estado de una carrera que funciona muy bien. Es una carrera que se preocupa continuamente por mejorar y por mantenerse al tanto de las nuevas tendencias y lo que ocurre a nivel mundial en este campo”, concluye Beale.
Proceso de certificación
El profesor y subdirector de pregrado, Federico Meza, explica que el proceso comenzó a principios de 2023 con una autoevaluación y que derivó en la obtención de los siete años de certificación, sin la necesidad de una visita intermedia a los tres años, como puede ocurrir en algunos casos.
Dicho proceso fue llevado a cabo por un comité compuesto por él mismo junto a Pedro Godoy, jefe de carrera del Campus Casa Central Valparaíso; José Luis Martí, jefe de carrera del Campus San Joaquín; Marcia Barrera, profesional de autoevaluación y calidad de la USM; y Marcela Maldonado, apoyo a la gestión docente del Departamento de Informática. También participaron otros miembros del cuerpo docente, con el respaldo de la Vicerrectoría Académica, así como estudiantes, autoridades, personal administrativo, titulados y empleadores, en diversas instancias del proceso que finalizó en 2024.
“Una de las mayores dificultades del proceso es que la certificación internacional no solo evalúa criterios tradicionales, sino que también exige que la carrera demuestre el desarrollo y la evaluación de los atributos del graduado definidos en el Acuerdo de Washington. En nuestro caso, logramos el máximo de años sin visitas intermedias, lo que refleja la confianza en nuestros procesos de aseguramiento de calidad”, asegura Meza.
Beneficios
Tanto Lobos como Meza resaltan que, en términos prácticos, los estudiantes reciben una formación que los capacita para trabajar en cualquier parte del mundo. Aunque Chile aún no es miembro pleno del Acuerdo de Washington, esta certificación facilita la convalidación de los títulos de los egresados en otros países. Asimismo, la certificación abre nuevas oportunidades para la universidad en general, permitiendo poner en valor la calidad educativa de la carrera en un contexto global.
“Creo que esto abre una puerta para la universidad y para todos los departamentos, permitiéndonos demostrar que somos buenos, muy buenos. Nuestra carrera está inmersa en una institución que no es autónoma, por lo que nos beneficiamos de las fortalezas de la universidad”, concluye Meza.
