Columna de opinión de Carolina Erices, profesora del Departamento de Ingeniería Comercial.
El reciente paro portuario en Estados Unidos ha puesto en jaque a la economía chilena, especialmente en los sectores de frutas y salmón, que son pilares en sus exportaciones. La paralización de 36 puertos de la costa este y el Golfo de México afecta entre el 43% y el 49% del comercio marítimo estadounidense, resultando en pérdidas que superan los 2.000 millones de dólares diarios.
Para Chile, esta crisis podría significar pérdidas significativas en sus envíos de frutas, con más de 580 contenedores, principalmente de uvas y cerezas. Estas frutas representan una parte esencial de los 2.500 millones de dólares que Chile exporta anualmente a EE.UU., subrayando la vulnerabilidad de su economía ante tales interrupciones logísticas. Por otro lado, el sector del salmón chileno, que es el segundo mayor exportador mundial, enfrenta una amenaza similar, dado que EE.UU. representa el 36% de sus envíos. Las consecuencias para esta industria podrían traducirse en pérdidas millonarias, afectando a miles de empleos y la balanza comercial de Chile.
Ante este escenario, es imperativo que tanto las empresas como el gobierno chileno implementen estrategias para diversificar mercados y minimizar su dependencia del comercio con EE.UU. La actual crisis también resalta la necesidad de fortalecer la logística y la cadena de suministro, preparándose para futuras eventualidades que puedan impactar de manera similar. La capacidad de adaptación será clave para salvaguardar la economía chilena y sus sectores estratégicos en un contexto global cada vez más incierto.