Los departamentos de Estudios Humanísticos y de Arquitectura de la universidad, organizaron un encuentro en torno al legado del artista estadounidense de origen chileno, reconocido por sus radicales intervenciones arquitectónicas.
La Universidad Técnica Federico Santa María, a través de su Departamento de Estudios Humanísticos y el Departamento de Arquitectura, realizó el encuentro “Diálogo: Gordon Matta Clark: Archivo y obra de un anarquitecto”, centrado en el libro Gordon Matta-Clark: Contra viejas superficies (Ediciones Metales Pesados, 2024) de la escritora e investigadora Ariel Florencia Richards.
El evento fue moderado por Sandro Maino, director del Departamento de Arquitectura USM, quien comentó que “esta conversación es una oportunidad para reflexionar sobre un creador que amplió los límites de la arquitectura, y también para que nuestra comunidad universitaria dialogue sobre cómo el archivo y la memoria influyen en la práctica artística y en el pensamiento crítico”.
Participó también el curador Pedro Donoso, autor de Gordon Matta-Clark: La experiencia se transforma en objeto (Polígrafa, 2015), quien recordó el carácter limítrofe de Matta-Clark, formado como arquitecto pero reconocido como artista, y señaló que “su obra no se entiende separada de su vida, y viceversa”.
Richards agradeció la invitación de la USM y valoró la aproximación de Donoso en su investigación, indicando que “Pedro se sustrae a sí mismo, como lo hacía Matta-Clark, y da paso a un coro de voces de quienes lo conocieron, trabajaron con él y comprendieron su vida y su obra como una misma cosa”. La autora relató su experiencia en el Canadian Centre for Architecture (CCA), donde accedió al archivo del artista y se encontró con “ocho años de trabajo concentrados, con la sensación de que él sabía que su vida sería breve”.
Maino planteó la dificultad de apreciar directamente la obra de Matta-Clark, dado que gran parte ha desaparecido y solo sobrevive en registros fotográficos. Richards coincidió y señaló que “cuando el acceso es difícil, uno busca caminos para acercarse. El archivo se convierte en una vía para tocar lo intangible”.
Entre las anécdotas, Donoso recordó la visita de Matta-Clark a Chile en 1971, cuando intervino el Museo Nacional de Bellas Artes en plena remodelación. Aunque la ubicación exacta de la obra se ha perdido, persisten registros que muestran cómo atravesaba varios niveles para llevar luz al subterráneo, y afirmó que “para él, el registro era más importante que la permanencia física”.
El diálogo también abordó aspectos personales, como su colaboración con artistas cercanos y la influencia de su historia familiar, marcada por la temprana ausencia de su padre, el pintor Roberto Matta. Richards destacó que “su obra es inseparable de las relaciones y afectos que lo rodearon”.