Cada 2 de octubre Chile conmemora el Día Nacional del Medio Ambiente, una fecha instaurada en 1998 para sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de la protección de los ecosistemas, la biodiversidad y los recursos naturales. La iniciativa se suma a esfuerzos internacionales buscando poner énfasis en los desafíos ambientales propios del país.
Chile enfrenta retos urgentes: avanzar hacia la carbono-neutralidad comprometida para el 2050, disminuir la contaminación atmosférica que afecta a zonas urbanas y rurales, proteger sus glaciares y ecosistemas marinos, y asegurar un manejo sostenible del agua en un contexto de crisis hídrica prolongada.
En el caso de los glaciares, la situación es crítica: Chile concentra alrededor del 80% de los glaciares de Sudamérica, los cuales son una reserva estratégica de agua dulce y cumplen un rol esencial en la regulación hídrica frente a las sequías. Sin embargo, hasta hoy no existe una ley de protección integral de glaciares, lo que deja a estos ecosistemas expuestos a las amenazas de la actividad minera, energética y de expansión urbana, sobre todo en zonas cordilleranas. Distintas organizaciones ambientales e instituciones académicas han advertido que, sin una normativa clara, la degradación glaciar podría acelerarse, poniendo en riesgo el abastecimiento de agua para millones de personas.
En paralelo, los ecosistemas marinos del país —que abarcan más de 4.000 km de costa— enfrentan desafíos derivados de la sobrepesca, la acidificación de los océanos y la contaminación por plásticos. Chile ha avanzado en la creación de Áreas Marinas Protegidas, que ya cubren cerca del 42 % de la zona económica exclusiva, pero el desafío ahora es garantizar una fiscalización y manejo efectivos de esos espacios protegidos.
La crisis hídrica es otro de los problemas más graves. Con más de 15 años de sequía en varias regiones, Chile debe fortalecer la gestión sostenible del agua, priorizando el acceso humano y ecosistémico frente a usos productivos intensivos. Entre las medidas clave se encuentran la modernización del Código de Aguas, el impulso a tecnologías de eficiencia hídrica, la reforestación de cuencas y el tratamiento y reutilización de aguas residuales, la recarga artificial de acuíferos y una ley de protección de glaciares.
Entre las acciones prioritarias se encuentran la expansión de las energías renovables, la reducción de emisiones en la industria y el transporte, la reforestación con especies nativas y la implementación de planes de economía circular para disminuir residuos y aumentar el reciclaje. A nivel comunitario, gestos cotidianos como la eficiencia energética en los hogares, el consumo responsable y la movilidad sostenible se vuelven claves para reducir el impacto ambiental. En la Región de Valparaíso, por ejemplo, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) informó que se completó la plantación de 70.000 árboles nativos en un total de 93,3 hectáreas de la Reserva Nacional Lago Peñuelas, en el marco de la recuperación de áreas afectadas por incendios forestales.
El rol del CETAM en la investigación ambiental
En este escenario, el Centro de Tecnologías Ambientales (CETAM) de la Universidad Técnica Federico Santa María se ha posicionado como un referente en la investigación científica aplicada al cuidado del medio ambiente. A través de sus distintas líneas de trabajo —que incluyen la química atmosférica, el análisis de suelos y aguas, la evaluación toxicológica, la eficiencia energética, la biomonitorización y el cambio climático— el centro genera conocimiento clave para enfrentar los problemas ambientales que afectan al país.
El CETAM ha desarrollado un ambicioso plan de investigación que incluye temáticas relevantes para enfrentar las principales problemáticas ambientales del país, alguna de estas son: evaluar el impacto de la contaminación atmosférica sobre la criósfera andina y de la Antártica, midiendo el efecto de gases y aerosoles, incluyendo el carbono negro y su rol en la desaparición acelerada de los glaciares; evaluar los niveles y el origen de las concentraciones de ozono troposférico y estratosférico, tanto en la cordillera de los Andes como la Antártica; evaluar el impacto de la contaminación atmosférica sobre el ciclo hidrológico y la mega sequía, así como sus efectos de retroalimentación sobre el cambio climático; desarrollar métodos de biorremediación de suelos contaminados con metales pesados utilizando consorcios de hongos nativos y bacterias obtenidas de sitios industriales mineros contaminados; desarrollar bioproductos bajo la lógica de “soluciones basadas en la naturaleza”, como el anterior, para acelerar la recuperación de suelos afectados por incendios forestales; apoyar al convenio de MINAMATA para la eliminación y protección de mercurio en el medio ambiente, levantando la primera línea de base del estado de la contaminación por mercurio en diversas matrices ambientales en la zona de Atacama y la zona central de Chile; desarrollar diversas estrategias de monitoreo y determinación de microplásticos en variadas matrices ambientales, por destacar los temas más relevantes. Estos avances entregan insumos fundamentales para diseñar políticas públicas, fortalecer la regulación y promover soluciones tecnológicas que permitan enfrentar los efectos de la contaminación ambiental y el cambio climático. “Lo que buscamos es que la ciencia no se quede en el laboratorio, sino que se traduzca en herramientas que contribuyan al bienestar de la sociedad y al diseño de estrategias frente a los efectos de las problemáticas antes mencionadas”.
El CETAM también ha impulsado actividades de formación y extensión, como la Escuela de Invierno de Ciencias Criosféricas, que reúne a estudiantes de pre y posgrado e investigadoras/es para capacitarse en técnicas de monitoreo de nieve, medición de contaminantes atmosféricos y balance hídrico en la cordillera. Los académicos e investigadores del centro también incentivan a los estudiantes de formación primaria como el semillero de los futuros estudiantes STEM, participando de charlas, talleres y exposiciones orientadas a colegios. Estas iniciativas permiten formar de manera temprana las nuevas generaciones de profesionales capaces de liderar la transición hacia un país más sostenible.
De esta manera, el trabajo del centro se alinea directamente con el espíritu del Día Nacional del Medio Ambiente: generar conciencia y educar, fomentar la acción ciudadana y promover un desarrollo sostenible basado en evidencia científica.
El futuro ambiental de Chile
Nuestro país se proyecta como un actor relevante en la lucha contra el cambio climático, tanto a nivel regional como internacional. Chile ya ha fijado su meta de carbono-neutralidad al 2050, además de comprometer la eliminación progresiva de las centrales a carbón antes de 2040. Junto con ello, ha fortalecido su Estrategia Climática de Largo Plazo, que traza un camino para alcanzar la resiliencia frente a los impactos del calentamiento global.
Otro desafío clave será la protección de los ecosistemas de montaña y glaciares, que concentran gran parte de las reservas de agua dulce del país, y el fortalecimiento de la infraestructura verde y azul que permita enfrentar fenómenos extremos como sequías, marejadas y olas de calor.
Chile también avanza en consolidar su rol como potencia en energías limpias, liderando la producción de energía solar en el norte, la energía eólica en el sur y apostando al hidrógeno verde como motor de una matriz energética sustentable. Finalmente, Chile debe seguir esforzándose por controlar y disminuir la contaminación atmosférica de muchas de las ciudades del país, que aún a pesar de la gestión ambiental de los diversos ministerios del Estado involucrados, no han podido lograr frenar esta pandemia silenciosa pero que genera grandes perjuicios sobre la salud del medio ambiente y la salud de la población.
El futuro ambiental del país dependerá en gran medida de la capacidad de integrar la ciencia con la política pública y de fomentar la participación de la ciudadanía en decisiones que impactan el entorno. En este camino, la labor de instituciones como el CETAM-USM será crucial para generar el conocimiento que guíe estas transformaciones y permita implementar las soluciones.
El Día Nacional del Medio Ambiente se proyecta, así como una oportunidad para reafirmar el compromiso de Chile con la sustentabilidad y la protección del medio ambiente de nuestro planeta, para las futuras generaciones. El desafío es grande, pero el camino ya está trazado: combinar políticas públicas ambiciosas, involucrar a la industria, continuar realizando investigación de vanguardia como la del CETAM y estimular la participación de toda la ciudadanía.