El proyecto BioBennu es una de las 12 propuestas ganadoras del concurso “Desafíos para la recuperación post-incendios 2023”, organizado por el Ministerio de Ciencia y la ANID, y que está a cargo de los profesores de la USM, Marcela Carvajal y Francisco Cereceda.
Una innovadora técnica para acelerar la restauración de los suelos siniestrados por los incendios forestales es el objetivo del proyecto “BioBennu: Bioformulado en base a microorganismos nativos y coadyuvantes mejoradores del daño físico-químico y biológico de suelos de ecosistemas forestales afectados por grandes incendios”, propuesta encabezada por la investigadora asociada del Centro de Biotecnología (CB-DAL) de la Universidad Técnica Federico Santa María, la Dra. Marcela Carvajal, y el director del Centro de Tecnologías Ambientales (CETAM), el Dr. Francisco Cereceda, de la misma casa de estudios.
El proyecto es una de las 12 propuestas ganadoras del concurso “Desafíos para la recuperación post-incendios 2023” organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile y la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), y cuenta con el apoyo de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) como institución asociada, además de la colaboración internacional de importantes expertos en la materia como el Dr. Hans Moosmüller y la Dra. Vera Samburova, ambos del Desert Research Institute (DRI), Nevada, Estados Unidos, y la Red Ecológica Wild Tree.
“El conocimiento del comportamiento de las comunidades microbiológicas pre y post incendio permitirán establecer las bases para el diseño de uno o más bioproductos basados en la funcionalidad microbiológica, cuyo objetivo final es restaurar las funciones ecosistémicas de los suelos degradados y así, promover el éxito del proceso de reforestación”, explica la Dra. Carvajal, quien también es investigadora del Departamento de Química de la USM.
Si bien, las técnicas de reforestación no son nuevas en esta disciplina científica, los expertos señalan que el calor generado durante un incendio reduce drásticamente la población microbiana, lo que puede esterilizar completamente la capa superior del suelo en casos extremos, particularmente en el caso de los hongos, que son especialmente vulnerables al calor, incluso más que las bacterias y los actinomicetos. Así, la lenta regeneración de la vegetación en los sitios afectados se traduce en suelos susceptibles a ser erosionados rápidamente y, por consiguiente, el proceso de reforestación requiere una inversión considerable y debe cubrir grandes superficies, lo cual, en la mayoría de los casos, resulta económicamente inviable.
“El proyecto es de vital importancia pues busca desarrollar estrategias para acelerar la restauración de los suelos degradados por incendios forestales mediante la reactivación de comunidades microbianas, las que a su vez también mejoran su permeabilidad, favoreciendo así el establecimiento de nueva cobertura vegetal, reduciendo además la erosión”, explica el Dr. Cereceda, quien también es profesor titular del Departamento de Química de la USM, y alude al catastrófico megaincendio que afectó a la Región de Valparaíso a comienzos de 2024, el cual considera “un llamado de atención ante la necesidad de intervenir activamente en la recuperación de los suelos y ecosistemas afectados”.
En ese aspecto, los especialistas aseguran que este proyecto tendrá una contribución sumamente relevante en el proceso de restauración de las casi 10.000 hectáreas afectadas por el fuego y que, de paso, tiene un impacto no solo a nivel nacional, sino que con miras hacia la aplicación de los resultados obtenidos y el bioproducto en otros países en los que este fenómeno es también una constante amenaza, como Europa mediterránea, Estados Unidos, Australia o Brasil.