Columna de opinión de María José Escobar, Académica Departamento de Electrónica USM y Seremi de Ciencia Macrozona Centro.
Después de trece años de escasez, la situación hídrica del país es alarmante. Con un 76% de la superficie nacional afectada por sequía y desertificación, el panorama se ha vuelto complejo, planteando tremendos desafíos de coordinación nacional, regional y comunal.
En la macrozona centro, la situación es crítica. Valparaíso, ya el 2020 registraba un déficit de lluvias del 36,8%, que incluso en algunas áreas de la región ya estaría cercano al 70%. En el caso de Coquimbo, el déficit de precipitaciones anuales ya llega al 70,6%, mientras que los embalses y caudales de las provincias de Elqui, Limarí y Choapa, para mayo del 2021, no estarían transportando más del 30% de su capacidad y volumen hídrico.
La lucha contra la escasez debe enfrentarse bajo una mirada local, regional y enfocada en las capacidades científicas, tecnológicas y sociales presentes en la zona. Estamos frente a un contexto de emergencia que requiere de nuevos paradigmas urbanos, para que nuestras ciudades y zonas agrícolas puedan subsistir de manera sostenible, de cara a los cambios que llegarán junto al cambio climático. Lograr que las regiones de Valparaíso y Coquimbo, sus gobiernos regionales, 53 comunas y ciudadanos se beneficien del conocimiento generado en universidades y centros de investigación que conocen los ecosistemas que los circundan, es el objetivo estratégico.
Estamos frente a una crisis, pero también ante la oportunidad de que la academia, el Estado y la ciudadanía trabajen de forma coordinada para enfrentar la escasez hídrica. En la macrozona, existe un vasto conocimiento científico tecnológico en temas hídricos a disposición, tales como: tratamiento y reciclaje de aguas residuales, desarrollo de tecnologías para la recolección y purificación de la humedad del aire, sistemas de alta eficiencia para el agua potable rural, monitoreo del consumo de agua y la optimización de las redes de distribución. Nuestro rol es articular, para que actores clave en la investigación y la innovación se encuentren y conversen con quienes toman decisiones y los habitantes de los territorios. Por esto organizamos un encuentro bi-regional informativo, que permitió conocer avances que ya están siendo conducidos por investigadoras e investigadores de Valparaíso y Coquimbo.
En el camino de fortalecer la vinculación entre diferentes actores del ecosistema, sobre todo en temas del recurso hídrico, contamos con iniciativas que no realizan tan solo un diagnóstico de la necesidad, sino que aúnan las investigaciones ya existentes para entregar eficiencia al uso del agua. Si queremos enfrentar la escasez hídrica y la consecuente emergencia agrícola, debemos hacerlo a través de la ciencia, la tecnología, el conocimiento. y la innovación, los cuatro pilares de nuestro ministerio. El bienestar social y la protección de nuestras cuencas y caudales es un problema de todos, la única forma de solucionarlo es trabajando juntos en favor del bien común.