La participación de mujeres en la fuerza laboral sigue siendo un desafío evidente a nivel nacional en distintos sectores de nuestra economía. En este sentido, en la construcción es aún más crítica dado los bajos porcentajes de participación femenina (menores a un 20%). Aunque estos porcentajes han experimentado un aumento en los últimos años, todavía estamos por debajo de los niveles alcanzados en países desarrollados como Australia y Estados Unidos.
La importancia de enfrentar este desafío no solo apunta a una temática de mayor equidad de oportunidades para mujeres en la construcción, sino que también contribuye a resolver problemas existentes dentro de la misma, como son el acceso a mayor fuerza laboral calificada y la reducción de costos de rotación laboral. Por último, al aumentar la participación femenina en el sector, se conforman equipos de trabajo más heterogéneos que tienden a lograr mejores resultados en la gestión y desarrollo de sus procesos.
Este es un problema complejo, que debe ser diagnosticado adecuadamente, de forma que las soluciones que se propongan sean las adecuadas a nuestra realidad nacional. Se han realizado esfuerzos por distintas partes interesadas para avanzar en esta temática. Por ejemplo, el Estado ha impulsado la Ley Karin, también se han desarrollado programas por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), y programas de mayor participación femenina en carreras de construcción por parte de distintas universidades nacionales.
Un aspecto importante en la implementación de alternativas en esta temática, a menudo ignorado, es que no es solo un desafío para las mujeres en la construcción, sino para todo el sector y quienes lo integran. En particular esto es un llamado a los hombres que formamos parte de la construcción a valorar la importancia de estas temáticas y contribuir en la implementación de alternativas para enfrentar estos desafíos.
La literatura académica sobre el tema sugiere que la integración de las mujeres en la construcción puede dividirse en tres etapas, las cuales representan las principales fases de una carrera laboral: ingreso, permanencia, y promoción.
Bajo este contexto, en la USM hemos estado trabajando en una investigación que busca identificar desafíos existentes que enfrentan mujeres en la construcción, así como también la frecuencia y severidad de estos desafíos en las tres fases mencionadas. Nuestros resultados indican que los principales desafíos incluyen balance entre vida personal y familiar, extensas jornadas laborales, brecha salarial, y discriminación. Actualmente continuamos trabajando en identificar propuestas para buscar alternativas para atender estos desafíos en la construcción en Chile.
Por último, es fundamental basarse en datos reales, no solo en suposiciones, para entender los desafíos que enfrentan las mujeres en la construcción en Chile. Esto permitirá a las partes interesadas tomar decisiones informadas que eliminen obstáculos y fomenten un desarrollo profesional inclusivo, donde cualquiera que desee contribuir al sector pueda hacerlo sin barreras artificiales.