Universidad Técnica Federico Santa María

El aporte de la Corona Belga que dio origen a la Sede Concepción

25 - abril - 2025

En los años 60, cuando la zona del Biobío se posicionaba como el complejo industrial más grande del país, la universidad se unió a empresarios del sector para gestionar la formación de obreros especializados. Este proyecto educativo se oficializó con la visita de Balduino I.

La primera vez que un monarca reinante vino a Chile en visita oficial, llegó hasta la Universidad Técnica Federico Santa María y oficializó la entrega de un importante aporte material y docente para contribuir a la formación de técnicos especializados en la zona industrial del Biobío. Era el 29 de octubre de 1965 y la presencia del rey de Bélgica sellaba la construcción y puesta en marcha del nuevo Centro Educacional Técnico, actual Sede Concepción de la USM.

Cuatro días antes aterrizaba en el aeropuerto Los Cerrillos el avión cuadrimotor que traía a Balduino I y Fabiola de Mora y Aragón, generando un despliegue de seguridad sin precedentes y una bienvenida con honores militares que incluyó 21 cañonazos. La prensa de la época destacaba que él vestía “uniforme de general de la Fuerza Aérea de su país” y ella “una elegante tenida floreada, con cartera y sombrero”; mientras, en la loza esperaban solemnemente el presidente Eduardo Frei Montalva junto a su esposa María Ruiz-Tagle, ministros y varios diplomáticos.

Como invitados de Estado, los reyes fueron recibidos en la Corte Suprema, el Congreso Nacional y La Moneda, donde se asomaron al balcón para saludar a la ciudadanía. Se trasladaron por la capital en carrozas de gala abiertas, se reunieron con residentes de su nacionalidad y se les declaró huéspedes ilustres de Santiago. Quienes compartieron con ellos recuerdan sobre todo su actuar cercano y más bien relajado, calificando como “encantadores” a la joven pareja que estaba por celebrar su quinto aniversario de matrimonio.

Con solo 21 años Balduino I se había convertido en el quinto rey de los belgas tras la abdicación de su padre, Leopoldo III, en 1951. Como parte de una gira por Latinoamérica destinada a consolidar el intercambio comercial, científico y cultural, su paso por Chile incluyó también Vallenar y Huasco, mostrando particular interés en la actividad industrial y una voluntad de colaborar que se hacía evidente con la presencia del ministro de Cooperación Técnica y Comercio Exterior en la comitiva real.

Luego de tres jornadas de visita oficial, los monarcas se quedaron de manera privada para conocer Pucón, Concepción, Viña del Mar y Valparaíso. En este recorrido cerraron el acuerdo que permitiría concretar el anhelado centro de estudios para el Biobío.

El gran complejo industrial de Chile

Visita de Reyes con Frei Montalva

En los años 60 el centro-sur del país vivía un crecimiento importante, iniciado con la necesaria reconstrucción tras el terremoto de 1939. El sismo, que remeció el territorio entre Valparaíso y Temuco causando al menos 25 mil muertes, según cálculos de la época, dejó seriamente dañadas la mayoría de las edificaciones. Volver a levantar las ciudades representó un desafío que se hizo todavía mayor ante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.

El conflicto aumentaba la demanda global de acero, por lo que se decidió implementar una planta siderúrgica local: la usina de Huachipato, aprovechando el abundante caudal del río Biobío y la cercanía de la infraestructura portuaria. Alejandro Mihovilovich, historiador especializado en el pasado penquista, precisa que para mediados de la década de los 60 la intercomuna Concepción-Talcahuano ya “estaba en franco proceso de crecimiento demográfico de su trama urbana y con un acusado proceso de industrialización”.

Tras un convenio con la Compañía de Acero del Pacífico también se construyeron en el área las instalaciones de las Industrias Chilenas de Alambre, Inchalam, que años más tarde se asociaría con la empresa belga Trefilería León Bekaert. La presencia de estos ejecutivos europeos coincidió felizmente con la llegada de un actor clave en la gestación del nuevo centro de estudios: don Gustavo Chiang Acosta, exalumno sansano que en 1989 llegaría a ser Rector de la Universidad.

Entonces trabajaba como subgerente en el Aserradero San Pedro y además era dirigente de la Corporación Industrial para el Desarrollo del Biobío, Cidere; en este escenario se definió la urgencia de contar con obreros especializados que operaran las maestranzas recién instaladas y garantizaran su desarrollo futuro, por lo cual la organización se abocó a diseñar proyectos para capacitarlos.

Recuerda Mihovilovich que las opciones para financiar el plan se empezaron a acotar gracias a una conversación informal entre Chiang y el gerente de la empresa europea, quien comunicó que en su país existían algunos fondos congelados. Los recursos originalmente serían enviados al Congo Belga, pero la colonia africana había declarado su independencia y la Corona decidió redestinar ese dinero para apoyar países en desarrollo. Ante la oportunidad, Cidere -dirigida por su representante Aurelio Lamas Ibieta-, junto a empresarios y representantes de la región, comenzaron un trabajo que pronto se transformarían en gestiones diplomáticas.

La visita real

Rey Balduino I de Bélgica

Fue en este contexto que Balduino I llegó hasta la USM en Valparaíso, donde ahondó en su trabajo y su proyecto educativo. Para entonces la institución planeaba instalar seis centros en distintos puntos del país, con el fin de formar técnicos de nivel medio. Era, además, responsable de las llamadas Escuelas Satélites de Aprendizaje Industrial, financiadas por empresas nacionales que en sus propias instalaciones preparaban operarios especializados.

La propuesta de los industriales penquistas se había canalizado a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Oficina de Planificación Nacional, la Oficina Regional de Planificación y la universidad. Finalmente los primeros antecedentes del proyecto fueron enviados al gobierno de Bélgica con apoyo también del Consulado en Concepción, la Municipalidad de esta ciudad, la Gobernación de Talcahuano y la Compañía de Refinería de Azúcar de Viña del Mar.

Con la presencia del rey se oficializó la participación belga, impulsando un plan de asistencia técnica industrial mediante un aporte que consistía en un millón de dólares para construir un nuevo espacio de estudios en el Biobío. Consideraba, además, el apoyo para ponerlo en marcha mediante la capacitación de sus profesores.

Más tarde los monarcas partieron a Quintero, donde abordaron un avión con destino a Concepción. Tras arribar al aeropuerto de Hualpencillo visitaron la usina de Huachipato y la zona industrial, contactándose con Cidere para estrechar los vínculos que permitirían canalizar la entrega de medios materiales y docentes.

Sede Rey Balduino de Bélgica

Sala de clases Sede Concepción años 70

En marzo de 1967 el Ministerio de Relaciones Exteriores envió la presentación oficial del proyecto al gobierno belga, cuyo representante llegó hacia fines del mismo año para revisar los terrenos: un predio de 60.000 m2 entregado por la educadora penquista Carmela Romero de Espinosa a través del Arzobispado de Concepción. Por su parte, empresas locales como Aserradero San Pedro, Cementos Bío Bío, Compañía de Acero del Pacífico, Fanaloza, Inchalam, Pizarreño y Vidrios Lirquén, entre otras, vendieron materiales a precio de costo para disminuir los gastos.

El Estado también contribuyó indirectamente al permitir que los dólares recibidos se cambiaran en el mercado de corredores -obteniendo en definitiva US$ 1.100.000- y eximiendo del derecho aduanero las donaciones a establecimientos de instrucción sin fines de lucro. Por último, la USM se haría cargo del funcionamiento de la institución.

Así surgió el Centro Educacional Técnico de Concepción, cuya construcción se inició en diciembre 1969. En la memoria de Cidere Biobío 1969-1970 se denominó por primera vez Escuela Técnico-Profesional Rey Balduino de Bélgica y en 1975 un decreto de Rectoría cambió su nombre a Centro Educacional Rey Balduino de Bélgica.

En junio de 1990, en tanto, el establecimiento pasó a llamarse Universidad Técnica Federico Santa María, Sede Concepción Rey Balduino de Bélgica; quien firmó este último decreto fue el Rector de la época Gustavo Chiang Acosta.

Capacitación docente

Vida universitaria Sede Concepción años 70

Antes que comenzaran las clases se concretó la Asesoría Técnica Docente de los belgas, que incluyó el viaje de académicos para capacitarse en el país europeo. El primer grupo, nueve ingenieros de ejecución que habían sido rigurosamente seleccionados por la Institución, partió a la Universidad de Lovaina gracias a un convenio con la USM; de ellos fue la responsabilidad pedagógica de poner en marcha el proyecto una vez que regresaron a Chile.

Durante los años siguientes otros equipos repitieron el trayecto, principalmente profesores de asignaturas como castellano, matemáticas o física que fueron contratados ante las necesidades de los estudiantes. El último de ellos fue José Ramírez, exprofesor de la Sede Concepción que partió a profundizar sus conocimientos en la enseñanza técnico profesional. De esta experiencia destaca especialmente las gestiones realizadas por Franz Ansieau, profesional belga que estuvo a cargo de supervisar la construcción y puesta en marcha del establecimiento: “era una persona muy generosa que nos apoyó en todo sentido”.

Décadas después, cuando la Sede Concepción celebró su cuadragésimo aniversario en 2011, Ansieau fue invitado especial en la ceremonia de celebración. Durante su discurso compartió el orgullo que sintió al ver concretado el proyecto y manifestó su profundo interés en conservar y potenciar la relación de la Universidad con Bélgica.

Educación para el desarrollo

El profesor José Ramírez recuerda que las clases comenzaron en 1971 con la Escuela Vespertina para Trabajadores, destinada a obreros que recibían el título de subtécnico. Luego se extendería el plan de estudios para la Escuela de Técnicos Universitarios. De este modo la institución formaba, en un corto periodo de tiempo, especialistas del ámbito tecnológico que asumirían un rol intermedio entre el ingeniero de ejecución y el maestro especializado, abarcando áreas como mecánica de mantenimiento, electrónica, química analítica o electricidad.

Finalmente el centro fue inaugurado en 1972 con la presencia del presidente Salvador Allende, el Embajador de Bélgica Franz Taelemans, el rector de la USM Jaime Chiang Acosta, y el director de la Sede Marco Antonio Lacazzette, además de las autoridades de la región. Hasta 1974 recibió apoyo de la Oficina de Cooperación de Desarrollo Belga (AGDC) mediante la donación de herramientas y materiales para el aprendizaje de los estudiantes, así como equipamiento para algunas instalaciones.

La Sede Concepción de la USM continuó creciendo con la construcción de nuevas edificaciones, mejoras en su infraestructura, actualización de los programas curriculares, creación de nuevas carreras y adquisición de equipamientos acordes a las necesidades de cada época. Así continúa preparando profesionales de excelencia que, con el paso de los años, siguen contribuyendo al desarrollo económico y social tanto de la región como del país.

Hoy lleva el nombre Rey Balduino de Bélgica en homenaje y agradecimiento a quien hizo posible que se concretara esta iniciativa. Tal como comenta el profesor José Ramírez, la visión de un país industrializado proyectó el crecimiento de Chile no solo a través de la transferencia de recursos económicos, sino también priorizando la capacitación de sus trabajadores. Una perspectiva de la educación que sin duda coincide con la mirada de don Federico Santa María.

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