La Seremi de Ciencia de la Macrozona Centro convocó a mujeres de diversas universidades, profesiones y disciplinas, entre las cuales estuvo la académica Claudia López, profesora del Departamento de Informática.
Analizar cualitativamente los datos estadísticos que arrojó la II versión de la Radiografía de Género en las Ciencias, impulsada este año por la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, fue el objetivo del Taller “Construyendo el relato de género de la Macrozona Centro” realizado en las dependencias del Espacio de Trabajo Colaborativo de INJUV Valparaíso, en el que participaron investigadoras de distintas áreas de STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte, humanidades y matemáticas por su sigla en inglés) de la región, entre ellas, Claudia López, profesora del Departamento de Informática de la Universidad.
En la instancia se discutieron los resultados del documento con la finalidad de levantar propuestas de las investigadoras de la región, para generar transversalidad de género en este ámbito, y así avanzar en la reducción de brechas y barreras de género en el ámbito de las ciencia, tecnología, conocimiento e innovación.
Al respecto, Claudia López cuenta que «lo primero que pude concluir de esta instancia fue que se está haciendo un esfuerzo para situar los hallazgos de la encuesta que evalúa la equidad de género, y que ya tiene resultados. Por otro lado, descubrir las barreras que están causando esta situación y, sobre todo, qué planes de acción podría impulsar el Estado para revertirlo, por lo que este trabajo cualitativo y participativo es muy bueno. Me quedo con la sensación de aportar al diagnóstico inicial y también de identificar acciones para estar en igualdad de condiciones, en términos de desarrollar carrera en universidades de Chile».
Brechas de género
Uno de los datos que evidencia este informe, de acuerdo con la información de la plataforma Observa, es que cuando se trata de carreras de pregrado, la matrícula es mayoritariamente femenina (54%), sin embargo, en la medida en que se avanza en los estudios, este porcentaje disminuye, llegando al 51% de mujeres en el nivel magíster y 43% en matrículas de doctorado.
«Hay que notar que ciertos esfuerzos, que usualmente hacen las mujeres, por ejemplo: gestión, y mantener la relación con estudiantes, suelen ser poco valorados; entonces, hay que crear incentivos para valorar esas acciones que son necesarias en el ámbito universitario para apoyar labores de cuidado en paralelo al desarrollo
de la carrera académica, como la decisión de ser madres o investigadoras. Lo segundo que quiero relevar, que quizás es lo más novedoso, es que muchas privilegiamos el trabajo colaborativo y vemos que el incentivo para el desarrollo académico, en general, está pensado desde un punto de vista más individualista y hasta competitivo. Creemos que el Ministerio de Ciencia puede trabajar en crear acciones para valorar los trabajos colaborativos, por ejemplo, creando la codirección de proyectos de investigación en vez de que siempre haya un investigador principal y un alterno, ya que así solo uno se lleva los créditos siendo que la colaboración es una forma, en que, particularmente las mujeres, nos sentimos muy cómodas», concluye Claudia López.