La Dra. Andrea Lazo, profesora del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental, trabaja junto a un equipo interdisciplinario en dos iniciativas que buscan ofrecer soluciones efectivas y sustentables para enfrentar la contaminación del vital elemento en diversos sectores del país.
El arsénico es un elemento químico que está presente en la corteza terrestre y en aguas superficiales y subterráneas, también se puede encontrar en el aire y en ciertos alimentos. Su grado de toxicidad es alto, por lo que cuando los seres humanos se exponen de manera prolongada a él puede traer serias consecuencias para la salud. Por esta razón, la académica del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), Dra. Andrea Lazo, se encuentra desarrollando dos proyectos ligados a la remoción de este metaloide y otros metales pesados de aguas naturales de distintas ciudades del norte y centro del país.
La primera iniciativa se enmarca dentro de un Fondef Idea de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, que está trabajando en conjunto con la Universidad de Valparaíso (UV). Se trata de una investigación que busca la eliminación del arsénico del agua utilizando electrocoagulación acoplada con un método de ultrasonido. “La electrocoagulación es una técnica versátil que utiliza corriente eléctrica de bajo voltaje y electrodos metálicos —generalmente de hierro o aluminio— para desestabilizar contaminantes en el agua. En este caso, la innovación es emplear como oxidación avanzada la sonólisis mediante aplicación de ultrasonido”
Asimismo, precisó que “gracias a este acople, el sistema mantiene su eficiencia y estabilidad durante el tratamiento, logrando resultados sobresalientes incluso con aguas que contienen hasta 3.000 partes por billón de arsénico, es decir, 300 veces sobre la norma”.
Avances
En cuanto a los avances del proyecto, que comenzó el año pasado y se extenderá hasta el 2026, la Dra. Lazo, quien es la investigadora principal de la iniciativa, indicó que el equipo ha trabajado con muestras recolectadas en zonas del norte donde existe presencia de arsénico de manera natural y antrópica, en las cuales tras el tratamiento se ha logrado un 99,5% de eficiencia en la eliminación del metaloide.
Para lograr este objetivo, la académica de la USM explicó en primera instancia que, el arsénico se puede encontrar en dos categorías: As (III) y As(V), siendo el primero el más tóxico, “nosotros estamos trabajando con el As (III) que puede ser removido mediante la formación de flóculos de hierro generados por electrocoagulación. Gracias a esta técnica, hemos logrado que el agua tratada cumpla holgadamente con la normativa chilena de calidad de agua potable NCH 409”
De la misma forma, la Dra. Andrea Lazo contó que con la iniciativa ya alcanzaron un nivel de desarrollo tecnológico TRL (Technology Readiness Levels) 5 , lo que significa que el proceso está validado en condiciones representativas. La siguiente etapa buscará avanzar hacia el diseño de un sistema portátil que permita remover arsénico de manera simple y eficiente en terreno.
Con lo anterior se cumplirá con el impacto social que el equipo quiere lograr con el proyecto que busca generar conocimiento y tecnología para que puedan ser utilizadas por asociaciones de agua potable rural (APR) y pequeñas plantas potabilizadoras, con un enfoque de beneficio público.
“Este es un proyecto con impacto social. Queremos que nuestras soluciones contribuyan a mejorar la calidad del agua para riego y eventualmente para consumo humano, en comunidades que hoy enfrentan altos niveles de contaminación”, destacó la académica.
Fondo Regional
Paralelamente, la Dra. Lazo participa de otro proyecto como investigadora asociada, donde la UV es la institución beneficiaria y la USM la asociada. Es un Fondo Regional para la Productividad y el Desarrollo (FRDP 2025-2027) del Gobierno Regional de Valparaíso, que apunta a optimizar procesos electroquímicos para la remoción de metales pesados en aguas contaminadas de la región.
En esta nueva iniciativa se analizarán elementos como plomo, cadmio, cromo, cobre, níquel, zinc y hierro, en colaboración con asociaciones de agua potable rural de comunas como Petorca y Cabildo.


