Proyecto Fondef de Innovación Tecnológica desarrollado en conjunto entre la USM, PUCV, la empresa Botanical Solution y Sanatrade S.A., logró crear una fórmula con positivos resultados en huertos de kiwi. Asimismo, construyó una miniplanta donde se extraen los productos de la Adesmia balsamica que se utilizan en la elaboración de la solución botánica.
Una innovadora fórmula que busca controlar enfermedades en las plantaciones de kiwi generó un equipo de investigadores de la Universidad Técnica Federico Santa María y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Se trata de un biopesticida creado a partir de la planta nativa denominada Adesmia balsamica, de la cual los científicos lograron extraer exudados resinosos y extractos que son los ingredientes activos del producto.
Según comentó la directora alterna de la iniciativa, la Dra. Katy Díaz, la nueva solución botánica se utiliza para controlar de forma preventiva la bacteria Pseudomonas syringae pv. actinidae (PSA) que produce la enfermedad del cancro bacteriano, que es de rápida dispersión y responsable de importantes pérdidas en la producción mundial de kiwi.
Lo destacable, agregó la investigadora USM, “es que con el financiamiento de este proyecto hemos logrado progresar en 3 niveles de madurez tecnológica, avanzando de un TRL 4 a TRL7. Hemos validado en terreno la eficacia de estos biopesticidas, obteniendo resultados positivos; iniciamos en octubre del año pasado con las aplicaciones en huertos de kiwi, y las evaluaciones epidemiológicas terminaron en diciembre, adicionalmente se evaluó el rendimiento y la calidad del fruto durante la cosecha en abril; obtuvimos resultados satisfactorios que permitirán, avanzar al mercado con este nuevo producto; y adicionalmente probarlo frente a otros patógenos”.
De esta forma, se encuentran en el proceso de transferencia de know how a Botanical Solution, empresa que es parte del proyecto Fondef IT junto a la USM y la PUCV. Cabe señalar que la biomasa de Adesmia balsamica fue extraída desde un ambiente natural, sin necesidad de eliminar su población y ya se cuenta con su propagación a nivel de laboratorio en la USM y “ahora Botanical Solution cuenta con la masificación de la planta nativa que produce el ingrediente activo, por lo que seguiremos colaborando para formular el producto final”, detalló Katy Díaz.
En relación con las etapas de la iniciativa, el director del proyecto, Rolando Chamy (PUCV) señaló que en la actualidad se encuentran en el período final de la iniciativa, donde – además de la validación de la fórmula para controlar la PSA – están en proceso de solicitud e inscripción de la marca del equipo de extracción que se encuentra en dependencias del Núcleo Biotecnología Curauma (NBC-PUCV) que desarrollaron en el marco de la investigación para obtener los productos botánicos que se aplicaron en terreno. Asimismo, explicó que ya cuentan con 2 patentes de invención concedidas y una tercera que se encuentra en vías de solicitud y tramitación.
Desafíos
Si bien el proyecto fue pensado para las plantaciones de kiwi, la Dra. Katy Díaz apuntó que en conjunto con las empresas asociadas piensan explorar su aplicación en otros cultivos de interés agrícola que presentan patógenos relacionados a PSA.
En cuanto a los desafíos tras el fin del proyecto, la investigadora puntualizó que se está evaluando paralelamente continuar con otra iniciativa, “más enfocada en la domesticación de la planta nativa y su reintroducción al sistema ecológico, debido a los constantes cambios que sufre el ecosistema por el cambio climático, incendios forestales y urbanización; es primordial proteger la biodiversidad, sustentabilidad y el valor genético de este tipo de plantas”.
Además de la Dra. Díaz, el equipo del proyecto está compuesto por el Dr. Rolando Chamy, director (PUCV); Dr. Alejandro Madrid (PUCV); la Dra. María Isabel Chávez (PUCV), el fitopatólogo Ernesto Vega (asesor), Jael Coloma (agrónoma, USM); asistentes de investigación Martin Balladares (PUCV) y Jessica Ahumada (PUCV); tesista de postgrado, Paulina Ríos (PUCV) y ejecutivos financieros de ambas casas de estudio. La investigadora finalmente contó que «los logros alcanzados en el proyecto no hubieran sido posible sin el esfuerzo y apoyo del equipo de trabajo, universidades, empresas asociadas y Agencia nacional de Investigación y Desarrollo (ANID)”.